Nuestro derecho al agua, nuestro derecho al desarrollo

Antonio Salinas Hernández (Diputado Regional del PSOE)

  
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, desarrollar es acrecentar, dar incremento a una cosa del orden físico, intelectual o moral, además de otras acepciones, todas ellas en este mismo sentido. “Casi” todos entendemos el sentido del desarrollo y lo que queremos en base a él, para las personas y los territorios. Por lo tanto, el derecho al desarrollo debe ser un derecho para todos los ciudadanos y territorios de España, del mundo y también para Castilla La Mancha.

   En este contexto, quiero introducir el tema del agua, del agua que tiene su origen en Castilla La Mancha. Del agua que desde el año 1978, con el trasvase, atraviesa las sedientas tierras de nuestra región.

   El trasvase Tajo-Segura fue un proyecto diseñado en otra época histórica, en la cual era difícil oponerse y donde no teníamos la autonomía política que hoy disfrutamos para defender los intereses regionales. Hoy hubiera sido imposible su realización. Por ello difícilmente se pueden alegar en estos momentos y en este sentido derechos históricos, la historia es la Ley 21/1971, ligada al II Plan de desarrollo, y esa ley se puede y se debe cambiar.

   El agua es un bien necesario para todos y en todos los órdenes de la vida, indispensable e insustituible para el desarrollo. Nuestra legislación deja muy claro para qué y como debe usarse el agua: en primer lugar para el consumo humano atendiendo sus necesidades en cantidad y en calidad; en segundo lugar para la conservación de nuestro medio ambiente, y en tercer lugar para usos agrícolas, industriales, etc. Por eso, cuando el Presidente de Castilla La Mancha, José María Barreda, reclama agua para el desarrollo de esta tierra, esa agua que sale y atraviesa nuestra región, tiene razón y está pidiendo que se dé cumplimiento a lo establecido legalmente.

   Tiene que acabarse ya con situaciones tan injustas y anacrónicas como que 27 municipios de la provincia de Cuenca y otros pueblos ribereños, vean atravesar el trasvase Tajo-Segura lleno de agua y en algunas épocas del año, tengan que ser abastecidos con cisternas. No es demagogia, es la pura realidad.

   Hoy en día, no se puede ni se debe hacer un trasvase de una cuenca a otra sin contar con el consenso de los territorios de la cuenca cedente del agua, porque entendemos que esta tiene prioridad. Por eso, como dicen los castizos del medio rural hay que hablarlo, buscar el entendimiento y alcanzar la mejor solución.

   Es incomprensible e inaguantable, la salida continuada y creciente de agua desde Castilla la Mancha hacia otros lugares, mientras en nuestra región estén sin ejecutar las obras que para su desarrollo están declaradas de interés general y que son muy necesarias para nuestros pueblos, nuestro medio ambiente y nuestro desarrollo.

   Me voy a referir solamente a tres, pero hay mas : 1) Las obras para la derivación de recursos hídricos del acueducto Tajo-Segura para el abastecimiento a la Llanura Manchega, Ciudad Real y Puertollano, proyecto aprobado en el Real Decreto Ley 8/1995 y nueve años después no han empezado las obras. No hemos olvidado las consecuencias de la sequía del periodo 1993, 1994 y 1995 para Castilla La Mancha donde más de 400.000 ciudadanos tuvimos problemas de abastecimiento y esta se puede volver a repetir.

   2) La redacción del Plan Integral del Tajo y el Plan Especial del Alto Guadiana que dos años después de finalizar los plazos, están sin elaborar, imprescindible para el parque nacional de las Tablas de Daimiel y las Lagunas de Ruidera. 3) El Plan de saneamiento integral del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, aprobado en 1993 todavía está sin ejecutar.

   En los últimos 8 años hemos podido observar, como aumentaba la voracidad trasvasista desde la cabecera del Tajo hacia Murcia. En este tiempo se trasvasó tanta agua como en los 17 años anteriores. Y aún algunos dirigentes políticos de otras regiones acusan al Presidente Barreda y a Castilla La Mancha de insolidaridad. Es totalmente injusto y más propio de un “calentón” que de la reflexión y la serenidad. ¿Es insolidaria la única región de España que está permitiendo que se haga un trasvase, cuando el agua es totalmente necesaria para ella? ¿Es insolidaria una tierra que ha hecho un gran esfuerzo en modernización de sus regadíos para ahorrar agua, mientras en otras se despilfarra regando a manta? ¿Quién es mas insolidario, el que no le pone freno a su superficie de regadío, existiendo legislación que la prohíbe, como es el caso de Murcia o aquella región con poco regadío, de la que sale el agua para el regadío de otros?

   La solidaridad nace de la necesidad y de la obligación que los demócratas tenemos de compartir los bienes de los que disponemos. Este compartir, debe fluir en un doble sentido con total permeabilidad entre los territorios.¿O no es perseguir el desarrollo armónico, cuando buscamos el objetivo de garantizar en el futuro los abastecimientos de agua a la población en cantidad y en calidad? ¿O el agua no es también necesaria en Castilla La Mancha, para su futuro desarrollo social y económico? ¿O es que nuestras tierras de Castilla La Mancha, no serían mas productivas con el agua, al igual que ocurre en otros lugares?, ¿O nuestros agricultores, no tendrían más posibilidades de diversificar sus cultivos y garantizar sus cosechas con mayores disponibilidades de agua?, ¿O no se fijaría mayor cantidad de población en las zonas rurales, si le ofrecemos mayores alternativas de cara al futuro?.

   Si de algo no se puede catalogar a esta tierra es de insolidaria, porque durante muchos años, entre los años 60 y 80, la falta de alternativas hizo que muchos castellano manchegos (mas de medio millón) tuvieran que salir de su tierra para trabajar y contribuir al desarrollo de todas las regiones de España. Desde 1978, somos la única región de España que ha contemplado pacientemente como salían de ella, más de 8.500 hectómetros cúbicos de agua, que aquí también era muy necesaria para atender nuestras necesidades y facilitar nuestro desarrollo.

   Con la autonomía política, conseguimos frenar la salida de ciudadanos de nuestra tierra. Hoy somos más. Ahora le ha llegado el turno al agua. Es necesario cambiar este escenario y que el Gobierno de la Nación dé prioridad a las obras que en Castilla La Mancha están declaradas de interés general. Obras para el abastecimiento a las poblaciones, para el desarrollo de nuestro medio ambiente y para el desarrollo de nuestra industria y nuestra agricultura. Con ello pondremos fin a una situación injusta y tendremos la sensación de vivir en un país cada vez más solidario.

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