XXV aniversario de la Ley sobre Extracción y Transplantes en España

Roberto Sabrido (Consejero de Sanidad)

   Si hay un verdadero consenso nacional en materia sanitaria, además de la defensa de una sanidad pública de cobertura universal y gratuita, es que contamos con el mejor sistema de trasplantes de órganos del mundo. Un dato indiscutible, por el cual nuestro país ha sido elegido como sede del registro de trasplantes de la Organización Mundial de la Salud.
   La entrada en vigor de esta ley hace 25 años, nunca ha sido reformada, fue un importante reto para un Sistema Nacional de Salud que estaba aún por construirse y para una sociedad española en pleno proceso de cambio político, que debía hacer un esfuerzo suplementario como cuerpo social para concienciarse en la necesidad de promover la donación de órganos.

   La creación de la Organización Nacional de Trasplantes en 1989 fue un paso más para desarrollar en España una regulación envidiable en cuanto a cesión, extracción y conservación, intercambio y trasplante de órganos; prohibición de cualquier tipo de compensación económica por la donación de órganos y fijación de los requisitos de la donación en vivo.

   En enero de 2002, Castilla-La Mancha asumió las transferencias en materia sanitaria y este hecho supuso un fuerte impulso a la sanidad pública de nuestra región, una sanidad que nos encontramos descapitalizada tanto en infraestructuras como en recursos humanos y alta tecnología.

   Un impulso que ha tenido su reflejo también en las donaciones y trasplantes, que nos ha permitido salir del furgón de cola en el que nos encontrábamos, al pasar de 7,6 donantes por millón de habitantes en 2000 a 19,8, en 2003, lo que nos sitúa por encima de muchos países de nuestro entorno y nos acerca cada vez más a la media nacional. También hemos conseguido reducir de manera ostensible las negativas familiares para la donación de órganos, del 77,2% en 1996 al 29,5% en 2003.

   Uno de los objetivos marcados por el Plan de Salud de Castilla-La Mancha 2001-2010 fue aumentar de manera ostensible las donaciones y los trasplantes en los centros hospitalarios de la región y en esa línea trabajamos desde el primer día que recibimos las transferencias sanitarias.

   Así, en 2003 se produjo un hito histórico al ponerse en marcha la primera unidad de trasplante renal en Castilla-La Mancha, ubicada en el Hospital Universitario de Albacete, cuya labor mereció este año la Placa al Mérito Sanitario. Hemos creado el Registro de Enfermos Renales de Castilla-La Mancha y consolidado el programa de trasplantes de médula ósea, con 15 operaciones en 2003; hemos pasado de 31 extracciones y trasplantes de córneas en 1997 a 164, en 2003; y hemos creado bancos de huesos y de córneas en los hospitales de Ciudad Real y Mancha-Centro. Los hospitales capacitados para la extracción de órganos son los de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Mancha-Centro, Talavera de la Reina y Toledo, lo que ha permitido afrontar incluso extracciones multiorgánicas.

   Los datos hablan por sí solos. El año pasado se llevaron a cabo trasplantes de riñón a 95 pacientes castellano-manchegos, de hígado a 23 enfermos; de corazón a 9, todos los que estaban en lista de espera, y de pulmón, a 2 pacientes.

   Nuestra apuesta por la extracción y trasplantes de órganos es y será tan duradera y constante como la ha sido esta ley que cumple 25 años, no sólo en el ámbito asistencial, con una mayor formación y capacitación de nuestros profesionales sanitarios y un incremento de las dotaciones en equipos especializados, sino también en el social, porque sin los ciudadanos y su compromiso con la vida, no sólo propia sino también la ajena, nada hubiera sido posible.

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