Roberto Sabrido (Consejero de Sanidad)
La mejora de la calidad de vida de las mujeres durante la etapa de la menopausia es una preocupación constante tanto de la Consejería de Sanidad como de los profesionales sanitarios de nuestra región, ya que esta situación afecta de alguna manera a la calidad de vida, sea física, psicológica o emocional, del 75% de las mujeres menopáusicas.
En Castilla-La Mancha hay miles de mujeres que viven su periodo climatérico y menopáusico y requieren una atención e información sobre aspectos de esta etapa que van más allá de lo meramente patológico. En ese sentido, dos hospitales de Castilla-La Mancha participan en la elaboración de la primera escala nacional de calidad de vida de la mujer menopáusica.
El Gobierno de Castilla-La Mancha, consciente de que los cambios sociales y estilos de vida suponen una gran importancia como determinantes de nuestra salud, tiene previsto poner en marcha durante esta legislatura un programa de salud específico relacionado con el climaterio.
Su objetivo será desarrollar conductas, actitudes y habilidades que permitan la prevención de problemas de salud relacionados con este estado natural de la mujer, informarla de los cambios fisiológicos y psicológicos durante esta etapa, reducir sus síntomas y manifestaciones y garantizar una correcta atención sanitaria.
Pero este abordaje específico de la menopausia no es una decisión aislada sino que se encuadra en un marco mucho más importante desde el punto de vista sanitario y social como es el fenómeno de las desigualdades sociales en salud, que afecta directa e indirectamente a las mujeres.
Múltiples estudios confirman la existencia de diferencias de sexo en relación con el estado de salud. Los perfiles de morbilidad aguda y crónica son distintos entre hombres y mujeres, y los roles sociales influyen decisivamente en la percepción de salud de cada persona.
Los hombres parecen ser algo más vulnerables a las enfermedades del corazón y la bronquitis crónica. En cambio las mujeres están más afectadas por la hipertensión, colesterol, reumatismos y depresión.
Se necesita, por tanto, avanzar en el estudio de los condicionantes de la salud desde el enfoque de género (comportamientos, actitudes, expectativas respecto a hombres y mujeres) para evitar la progresiva medicalización de la vida cotidiana.
Así, los problemas de salud de género van a recibir por parte del Gobierno de Castilla-La Mancha un fuerte impulso a lo largo de la legislatura, que se traducirá en mejoras sobre programas ya existentes y puesta en marcha de otros, como por ejemplo, el ya mencionado sobre el climaterio. Ese es nuestro compromiso con las políticas de igualdad de género en materia de salud.