La CNT se manifestará el Primero de Mayo en Ciudad Real

Comunicado de CNT.- La Confederación Nacional del Trabajo (CNT), convoca la Manifestación del 1º de Mayo en Ciudad Real a las 12.00 horas desde la Plaza de las Terreras hasta la Plaza del Pilar.

No nacimos para ser piezas en la máquina de la explotación. No vinimos al mundo para alimentar con nuestras espaldas rotas los banquetes de quienes jamás han doblado la espalda, ni sentido el peso de una jornada que nunca acaba. Bajo este sistema capitalista, el trabajo no es una virtud: es un castigo. Es la soga que nos aprieta el cuello mientras nos obligan a sonreír y a agradecer por el privilegio de ser explotadas.

Nos dicen que la jornada laboral se va a reducir, que el progreso nos va a llegar por episodios, pero seguimos muriendo en los andamios, en las fábricas, en los hospitales. Seguimos cayendo víctimas del estrés, del insomnio, de las enfermedades que el cuerpo grita cuando el corazón está hecho polvo.

Estamos orgullosas de ser trabajadoras, sí. Y creednos que ser militante de la CNT es uno de los mayores orgullos que alguien puede experimentar en su vida. Estamos orgullosas de ser trabajadoras, pero no de ser esclavas. No de esta normalidad obscena que nos condena a malvivir, a mendigar tiempo para las nuestras, a elegir entre la comida y la calefacción. ¿Qué orgullo hay en ser olvidadas, empobrecidas, sobrecargadas, mientras los poderosos multiplican sus fortunas y nos miran desde sus torres con desprecio?

Hemos aprendido a soportar lo insoportable. Hemos aceptado que trabajar hasta la extenuación es un deber, mientras los precios suben y nuestros sueldos no alcanzan para casi nada. Nos han robado el tiempo, el cuerpo, los sueños. Pero no nos han vencido.

Queremos recuperar nuestras vidas. Queremos decidir cómo usar nuestros días, nuestras manos, nuestras mentes. Queremos cuidar y cuidarnos, encontrarnos, organizar la rabia, tramar la ternura y la revolución que vendrá. Porque otras formas de vida son posibles, y sabemos que nosotras podemos imaginarlas, construirlas y defenderlas.

No olvidamos que fuimos nosotras, la CNT, la que arrancó la jornada de ocho horas al sistema. Y seremos nosotras quienes acabemos con el yugo del trabajo que nos roba la existencia. No queremos reformas tibias ni migajas: queremos todo.

El mundo sigue gobernado por oligarcas, empresarios, políticos y asesinos que se reparten nuestras vidas como si fueran botines. La socialdemocracia ha pactado con los verdugos. El liberalismo nos ha vendido humo y hambre. Nosotras estamos aquí para gritar lo que tantas callan: basta ya.

Su mundo no funciona. No ha funcionado jamás para la mayoría. Déjennos intentarlo a nosotras: con nuestras manos, nuestros corazones, nuestras ideas. No pedimos permiso, venimos a abrir caminos.

Y no podemos olvidar a nuestra gente en Palestina, a nuestra clase trabajadora hermana al otro lado del Mediterráneo, a las maestras, doctoras, panaderos o periodistas que caen bajo las bombas mientras el mundo “civilizado” mira a otro lado. Su silencio también es complicidad. Nuestra memoria es resistencia. Nosotras no dejamos a nadie atrás, creemos en el internacionalismo frente a las fronteras, muros y aranceles que nos imponen.

Que trabajen ellos. Nosotras queremos vivir, luchar y liberar cada rincón de nuestras vidas.

Porque el tiempo es nuestro. Porque el mundo será de quienes lo trabajan, no de quienes lo saquean.

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