Una huelga de hambre es un salto cualitativo porque en ese tipo de protesta entra en juego la vida y la salud del activista y eso son palabras mayores. Tiene que haber una causa lo suficiente elevada como para ponerse en el trance de quebrantar la propia salud con consecuencias imprevisibles. Una huelga de hambre es un paso muy serio que engrandece a quien la practica, por la dimensión moral y la presión emocional que ejerce.Ghandi se puso a morir de hambre para evitar que hindúes y musulmanes se masacraran en las calles de Nueva Delhi y de vez en cuando salata a los medios la huelga de hambre de un preso por su libertad.. Sólo una causa de alto valor moral justifica una huelga de hambre, como corresponde a una decisión que puede acarrear la muerte de quien la practica. No me parece, a mi juicio, que reclamar dinero para solventar la crítica situación económica de un ayuntamiento, esté a la altura de una determinación con tal registro emocional y moral.
En el caso del alcalde de Villahermosa, Isidro Villamayor, el hecho de anunciarla con días de antelación arropado por los suyos –menos por su familia y su médico- y en un escenario político inédito de cambio en la región, arrojaban serias dudas sobre la sinceridad y autenticidad moral, y dudas, muchas sobre si el ayuno no era sino un frente político más, abierto por el PSOE contra la Fuensalida popular, utilizando al alcalde como ariete. Pero como cada cual es libre y responsable de hacer lo que quiera, el alcalde de Villahermosa, tomó esa trocha y consiguió sus cinco minutos de gloria mediática nacional En este trance, felizmente breve porque el huelguista ha hecho finalmente caso a los médicos y al sentido común y ha abandonado la huelga, se han descubierto pautas de conducta política nada recomendables demasiado frecuentes en el modo de entender el poder y la política en España y en la región.
En primer lugar la agreste reacción del delegado de la Junta, Antonio Lucas Torres, con sus declaraciones como pedradas, y en segundo lugar el papel del líder de los socialistas ciudarrealeños, Nemesio de Lara, más cercano al tolerancia ola resignación que a la disuasión.
Uno, que trata de basar sus opiniones en la reacción que hubiera tenido de encontrarme en la situación de uno u otro, piensa que en un caso como el de una huelga de hambre hubiera llamado por iniciativa propia al huelguista como delegado de la Junta para cambiar impresiones, para hacerle entender cuál es la verdadera situación de la caja regional, que los ICO están a la vuelta de la esquina, y por supuesto, hubiera tratado de convencerle de que cejara en su actitud por él y lo suyos.
Si yo hubiera sido el secretario general del PSOE en la provincia, primero, habría tratado de quitarle de la cabeza la idea de ponerse en ayunas indefinida para cobrar una deuda, y luego de persistir, le habría llamado en privado para indicarle que hay otros frentes políticos más acordes con el fin perseguido, como el frente de alcaldes socialistas, mociones en las Cortes regionales, en los plenos, o manifestaciones en la calle. O los tribunales, llegado el caso, si hay pruebas fehacientes de que la Junta paga a ayuntamientos PP y condena a la inanición a ayuntamientos PSOE.
Y si el compañero insiste en que le da igual que le dé un vahído serio y mortal, pedírselo públicamente. Desde luego ambos hubieran dado una lección de haber reaccionado de esta manera insólita, y quien sabe si hubieran sido los pioneros de un nuevo modelo, más pragmático, desinteresado, humanitario y auténtico de entender la política en estos tiempos en los que todo, absolutamente todo, está en revisión.
Pero la política lleva camino de convertirse en la obra maestra de un gran sainete de disimulo, cinismo, tragicomedia, hipocresía y fingimiento.
Personalmente me alegro por el alcalde de Villahermosa que acaba de abandonar la huelga de hambre: la propia vida, la familia, vale mucho más que cualquier factura impagada o cualquier sigla, y que sólo merece la pena poner la vida en apuesta cuando de ello dependen esas mismas siglas, la vida y la vida de las familias de otras muchas personas.
A ver si Page ordena el patio