Si es usted un parado, es el enemigo. Si es usted un jubilado, un funcionario o un estudiante, es el enemigo. Usted no tiene voluntad: es empujado la por extrema izquierda movilizada por el PSOE contra el PP; usted no tiene identidad propia: es el resultado de un cúmulo de circunstancias casuales que ponen de manifiesto la injusticia accidental del estado larvario de todo partido en la oposición al Gobierno; usted no tiene autoridad: cualquier acción contraria a la obediencia es ilegal y todo lo que diga o haga podrá ser utilizado por sindicatos y agentes sociales a su conveniencia.
Si usted no admite que vivió durante años por encima de sus posibilidades, en una espiral interminable de consumo irracional y voracidad crediticia, arrastrando en su egocapitalismo al conjunto de la sociedad y poniendo en riesgo la estabilidad de la economía de mercado… es el enemigo.
Si usted no está dispuesto a sumarse incondicionalmente a un sobreesfuerzo colectivo por la reconciliación financiera, asumiendo de forma solidaria las colateralidades económicas devengadas, sin hacer preguntas, sin pedir responsabilidades, sin acritud social… es el enemigo.
Si usted no reconoce haberse adherido a la corriente de egoísmo laboral preponderante tiempo atrás, con el único fin de generar un excedente de derechos alienables para su disfrute personal, y no está dispuesto a retornarlos en pro del beneficio común … es el enemigo.
Si es usted golpeado, detenido, acallado, reprimido, o vigilado… si usted no acata, obedece y colabora, es el enemigo. Enemigo nocturno y alevoso, si conspira de obra o palabra; enemigo taciturno, si la insurgencia es de pensamiento. Espíritu crítico es violencia; la responsabilidad, ensañamiento. Ser enemigo es ser culpable y la inocencia, sospechosa.
La autoridad competente le recuerda que es usted libre para comunicar su obligado asentimiento en el plazo de tres días hábiles.
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