El pasado 20 de enero, se celebró el acto oficial de la toma de posesión del Rector de la Universidad de Castilla la Mancha en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de Toledo, pese a que fue el día 20 de diciembre cuando adquirió realmente las competencias de dicha Universidad.
Desde el que Consejo de Representantes de la UCLM, denunciamos la simbólica pero intencionada denigración a la que se vio sometida la universidad regional. En primer lugar, cabe destacar la falta de responsabilidad por la realización del acto en sí, ya que a efectos legales no era necesaria una segunda toma de posesión (con su consecuente gasto económico), puesto que Miguel Ángel Collado ya tomó posesión y juró el cargo en un «acto privado» hace poco más de un mes. Sin embargo, la Presidenta de la Junta de Comunidades se encontraba en esos momentos atendiendo la toma de posesión de los Ministros, poniendo en evidencia sus prioridades.
Por otra parte, la ubicación elegida para la realización del acto de esta segunda investidura es totalmente irregular. Siendo Ciudad Real la sede institucional y oficial de la UCLM, resulta bochornoso que se haya celebrado el acto en la ciudad de Toledo, suponemos con el fin de escenificar la sumisión de la universidad y de su Rector ante el gobierno regional.
Igualmente, y por si fuera poco, se celebró en el mismo edificio en el que se aloja la biblioteca central del Campus de Toledo, causando graves trastornos y perjuicios a los estudiantes que se encontraban preparando sus evaluaciones finales.
Del mismo modo, resulta paradójico y fuera de lugar que quien presidiera el acto fuera Mª Dolores Cospedal, puesto que, recordemos, anunció un espectacular recorte de 53,3millones de euros en el presupuesto de la UCLM hace tan sólo unas semanas. Esta es sólo una muestra de la falta de respeto por la autonomía universitaria, así como de la reiterada y oportunista ruptura del protocolo que se llevó a cabo en este día, como por ejemplo, olvidarse de pronunciar (quizá por desconocimiento) el tradicional «profesores doctores, sentaos ycubríos» propio de estos actos.
Asimismo, no entendemos la razón por la cual la presidencia del acto no ha sido compartida con el Rector saliente D. Ernesto Martínez Ataz, algo insólito en la UCLM, y sí en cambio por la gobernante regional. Ésta llegó incluso a otorgar la vara de mando de la UCLM a Miguel Ángel Collado, correspondiéndole protocolariamente al Rector saliente y no a ella, puesto que, al menos así ha sido hasta ahora, el «poder» de la universidad reside en sí misma, en virtud del principio de autonomía universitaria reflejada en la propia Constitución Española.
Más triste y preocupante resulta aún que ni siquiera se le permitiera formar parte de la mesa presidencial al anterior Rector, cuando ha trabajado y luchado por la UCLM durante ocho largos años con gran sentido de la responsabilidad. Sin embargo, sí formaron parte de dicha mesa tres miembros de la administración, situados en las posiciones de mayor relevancia frente a los propios dirigentes de la UCLM.
En conclusión, este bochornoso servilismo ante el gobierno regional, pone de manifiesto el temor de los gobernantes de la UCLM de cara a los recortes acometidos y por acometer. De cara a un gobierno que exige lealtad y excelencia, mientras mengua drásticamente el presupuesto de una universidad que ha cumplido con ambas en todo momento, y que incluso ha superado las expectativas. Un gobierno que un día se compromete a apoyar a la UCLM, y al día siguiente (literalmente) anuncia la implantación de una sede de la Universidad Camilo JoséCela (privada) en Castilla-La Mancha.
Los hechos relatados, por sí mismos, no suponen un grave perjuicio en sí para la UCLM, pero sí lo supone la escenificación, el simbolismo y la demostración de fuerza que se ha querido transmitir a la sociedad castellanomanchega. La universidad siempre ha sido autónoma y ha dispuesto de los fondos necesarios para su funcionamiento, y así deberá seguir siendo para estar al servicio de la sociedad y no de intereses políticos.