Con las manos vacías (y sin remangarse)

Jorge Juan Acedo López, concejal del Grupo Municipal Socialista en Ciudad Real.– Me gustaría invitarles a reflexionar sobre el problema de la vivienda, tanto para los que se enfrentan a él como para aquellos que lo ven a través de personas cercanas en su entorno.

Plantearse un proyecto de vida, de futuro, conlleva una determinación con respecto a la vivienda. Esta decisión no la tomamos todas las personas a la misma edad, ni en las mismas condiciones. Por ejemplo, un titulado universitario, probablemente espere más tiempo para tomar esta decisión una vez que haya lanzado su carrera profesional y tenga decidido dónde va a residir, gracias la flexibilidad geográfica que ofrece su profesión. No es lo mismo para otras profesiones, que se perfilan a más temprana edad y que suelen terminar residiendo en el mismo lugar donde nacieron. Más aún si heredan el negocio familiar. En este último ejemplo, el matrimonio y los hijos suelen ser a edad más temprana y, como el casado casa quiere, tienen la necesidad de fijar su futuro mucho antes. Aun así, la edad media de compra de vivienda son 41 años (según el portal Fotocasa).

Pero existen más factores que condicionan la elección del momento de compra de vivienda. Veamos algunos. El principal, tener que hacer el desembolso inicial del 20% del valor de la vivienda para solicitar la hipoteca. Imagínese que usted no dispone de apoyo familiar para el acceso a la compra de vivienda. Cuando ha empezado a rodar su profesión tiene que hacer el desembolso del alquiler mensual de su residencia y además ahorrar, pongamos unos veinte mil euros, para poder solicitar la hipoteca de una vivienda valorada en cien mil, gastos de notaría, gestoría, etc., aparte. A todos nos sale la cuenta de que estos son unos cuantos años de ahorro para un sueldo medio, en el caso de que pueda ahorrar si no tiene que pagar un alquiler elevado. Además, estos años de esfuerzo y ahorro se ven machacados por un incremento de precio de la vivienda acusado en los últimos años y que hace que el horizonte de ahorro tenga que ir elevándose año tras año. Esta meta ya es difícil para una pareja, con o sin hijos, imagínese para una persona soltera, separada o viuda con o sin descendencia.

Ante esta circunstancia, uno se pregunta: ¿cómo es posible que, siendo una persona solvente, con trabajo estable, sin necesidad de apoyo de carácter social, y aún así no puedo acceder a la vivienda? Bueno, pues habrá que citar la tan traída frase de: “es el mercado, amigo”. Y aquí es donde nos damos cuenta de que el mercado no está resolviendo una necesidad básica como es la vivienda, sino que está agravándola más. Y, si el mercado no funciona, ¿qué hacemos? Solo hay una respuesta posible; el Estado. Todas las administraciones públicas están obligadas a equilibrar este desbalance que está atacando a grupos sociales de economías saneadas, y que no encuentran ayuda en la administración. Desde las administraciones se debe ensanchar el espectro social al cual se apoya económicamente, sin olvidar, jamás, a los más desfavorecidos, porque el problema se ha exacerbado hasta superar los límites de la necesaria protección social y ha llegado a ser un problema generalizado.

Desde el municipio tenemos un gran poder de iniciativa, además, podemos instar a otras administraciones del Estado a colaborar, ya sea económicamente o de otra forma. Debemos hacer valer esa iniciativa, y no podemos ir a solicitar ayuda a la Junta o al Gobierno Central sin nada en las manos; sin terrenos para poder edificar, sin plan de construcción de viviendas a precios asequibles o con apoyo al comprador, sin ayudas públicas que se ofrezcan en primer lugar y den el empujón necesario para lanzar un proyecto ambicioso de lucha contra el problema de la vivienda.

Hemos visto durante este último mes, que nuestro Ayuntamiento solo ha propuesto que el Estado le ceda terrenos, y anunciar que van a pedir a la Junta ayuda para la vivienda para jóvenes. Es decir, que los demás hagan algo sin que el Ayuntamiento se remangue y se meta en faena. Sin embargo, tenía en su mano 15 viviendas VPO que ha sorteado, y ha visto como sistemáticamente han sido rechazadas por los afortunados y los reservas, esto ha sucedido por la dificultad de financiar su compra. Fíjense, hay gente que recurre a solicitar vivienda social y no puede acceder a ella. Qué gran momento para que el Ayuntamiento hubiera avalado a estas familias la entrada del piso y que hubieran podido acceder a ellas en lugar de haber esperado a que se las pague quien pueda. Qué gran momento para trazar un plan y lanzar un proyecto serio en lugar de hacer anuncios y solicitudes a que terceros nos resuelvan la papeleta.

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