Un estudio sobre cómo la nutrición afecta a la cuerna de ciervos podría tener implicaciones en medicina

El grupo liderado por los profesores Tomás Landete, Laureano Gallego y Andrés García, del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) han publicado un estudio que demuestra cómo la nutrición afecta a la porosidad de la cuerna del ciervo. La línea de la investigación tiene como objetivo fundamental estudiar la composición mineral de las cuernas y las propiedades mecánicas del material óseo con el que están hechas para detectar deficiencias en la nutrición y en la gestión cinegética. El estudio sigue la línea de otros publicados también en ‘Bone’, una de las mejores revistas médicas de huesos, y podría ayudar a entender la osteoporosis.

La cuerna es el único hueso externo que existe y su crecimiento produce en los ciervos cada año una descalcificación similar a la osteoporosis, de la que se recuperan. Este hecho atrajo la atención de los investigadores por las potenciales aplicaciones médicas, como otro de los objetivos del trabajo, según indica Tomás Landete, vicedirector del IREC: “la cuerna es el hueso más resistente del mundo. Si todos tuviéramos huesos tan resistentes como las cuernas no habría pacientes en los servicios de traumatología de los hospitales. Entender qué hace a las cuernas tan resistentes, y qué hace que en ocasiones sean frágiles o porosas podría ayudar a entender los huesos humanos”,-señala.

El estudio, publicado en una revista científica referente en el estudio de huesos como ‘Bone’, es ya el quinto que publica este medio gracias a las implicaciones médicas de los resultados. Este trabajo amplía otros dos recogidos en la misma revista que abordan el efecto de la nutrición en la composición química y las propiedades mecánicas de las cuernas. “En este caso comparamos dos poblaciones de ciervos: una de la granja experimental de la UCLM, considerada como la segunda mejor del mundo y que sirve de modelo; y otra de un coto de ciervos que estaban peor alimentados. Las cuernas de los ciervos mal alimentados tenían cinco veces más porosidad en su pared de hueso compacto y en la médula de hueso esponjoso o trabecular”, tal y como explica el investigador.  

Este estudio revela, además, que la porosidad aumentaba de la base a la punta de la cuerna, lo que, según los investigadores, muestra el cansancio fisiológico de hacer crecer la cuerna: “Ésta crece tan rápido, hasta 1 cm/día, que la alimentación no es suficiente para aportar minerales, y los ciervos transfieren el 20% de su esqueleto de los huesos a la cuerna. La punta crece al final cuando apenas queda material que extraer de los huesos y, por tanto, unos tubos que forman el hueso llamados osteonas quedan huecos, lo que afecta al rendimiento mecánico”,- aclara Tomás Landete.

Además de los resultados sobre porosidad, el trabajo demuestra que dos minerales en particular, potasio y zinc, anticipan la aparición de porosidad en las cuernas. Si el papel de estos minerales fuera el mismo en humanos, detectar un aumento de potasio en los huesos podría anticipar la aparición de la osteoporosis, afirma el vicedirector del IREC, quien añade que el papel del zinc en el hueso es más conocido, pero este es el primer estudio sobre huesos de cualquier tipo que indica un papel importante del potasio.

El estudio ha sido realizado en cooperación con Santiago Gómez, histólogo de la Facultad de Medicina de Cádiz, y el catedrático de la Universidad de York John Currey, reconocido experto en mecánica de huesos del mundo.

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