Un año más, la plaza de los Santos Mártires de Argamasilla de Calatrava ha vuelto a dar cobijo esta mañana a la entrañable renovación del Santo Voto, una de las tradiciones más antiguas de la provincia de Ciudad Real y la más longeva del municipio, que data de 1343.
La particular celebración cargada de fe en honor a santa Julita y san Quiriquito ha reunido a numerosos vecinos para compartir la tradicional comida de patatas con bacalao, que es a su vez gesto permanente de gratitud por su protección en tiempos de la peste medieval.
El alcalde, Jesús Ruiz, que ha estado acompañado por otros miembros del equipo de Gobierno e incluso por su homóloga de la vecina localidad de Calzada de Calatrava, Gema García, ha resaltado la relevancia de esta fiesta como patrimonio cultural local.
Por eso, Ruiz Valle ha indicado que el papel del Ayuntamiento es trabajar “para que no se pierda” y además del apoyo económico a la Hermandad que lo hace posible, el Consistorio colabora con la leña donde con la que se calientan las dos enormes ollas donde se guisa la comida, operarios y Protección Civil y Policía Local para el resto de eventos.
La presidenta de la Hermandad de los Santos Mártires, Feli Escobar, ha enfatizado también sobre la importancia de mantener este ritual generación tras generación, porque “la tradición la seguimos de padres a hijos y cada año hay familias que pagan el voto como agradecimiento por algún favor recibido de los santos”.
El plato de la jornada es el guiso de patatas con bacalao, cuya elaboración comienza la víspera con la preparación de los ingredientes, por parte de un grupo de mujeres que entregan este gesto a santa Julita y san Quirico, como ha explicado Elisabeth Fernández.
La secretaria de la Hermandad ha especificado que este año se han empleado 150 kilos de patatas, 17 kilos de bacalao y varios kilos de ajos, cebollas y pimientos secos, en una receta sin secretos que ha querido compartir ante los medios de comunicación.
Y una vez en su punto, poco después de la una de la tarde, se ha procedido a la bendición de sendas ollas por parte del párroco de Argamasilla de Calatrava, José Manuel Medina, iniciándose el reparto de las 200 raciones que han salido a todas las personas presentes.
Según ha explicado también Silverio Recuenco, un rabanero entusiasta estudioso de esta celebración, su origen se remonta a la epidemia que asoló la comarca en el siglo XIV y, a diferencia de la cercana Puertollano, en Argamasilla de Calatrava se tenía gran devoción por estos santos mártires, a los que se agradeció su intercesión para frenar la mortandad.
Fue precisamente el 29 de enero de 1343 cuando la población podía constatar que era el primer día sin fallecidos tras un periodo de congoja y desolación, algo que los vecinos supervivientes interpretaron como una señal milagrosa.
Y, como agradecimiento, instauraron este voto en forma de comida para personas vulnerables que, con humildad, hoy día lo sufragan normalmente personas o familias que quieren agradecer a estos ‘santitos’, su mediación favorable en un favor difícil. La jornada continua esta tarde con la misa en honor a santa Julita y san Quiriquito a las seis y, si el tiempo no lo impide, habrá luego procesión por las calles del barrio y, como broche final, se podrán disfrutar rosquillos y chocolate caliente.