Cada uno con su tentación, sus tentaciones

Jesús Millán Muñoz.- Algunos tratadistas de moral indican que todo ser humano, al menos, una vez en su vida, posiblemente más, sufre una grave tentación al mal, tiene que decidir entre el bien y el mal.

Dicho de otro modo, cualquier persona sea cual sea su estado de vida, su situación social, su situación económica, su situación étnica, su situación sanitaria, al menos, alguna vez en la vida, sufre claramente una tentación, es decir, ser tentado a hacer algo que puede llevar al mal.

Ser tentado y tentado al mal en la concepción occidental de la moral y de la ética y de la teología moral occidental no es malo. Lo malo es caer en esa tentación. O, dicho de otro modo, la tentación es una invitación a un mal o a una maldad, en lenguaje religioso teológico a un pecado mortal y grave. Por eso, sufrir tentaciones, si mis conocimientos son ciertos, -dejo aquí a los especialistas, que saben mil veces mas que este escribiente-, ser tentados en sí, no es malo en sí, sino caer en la tentación.

Es cierto, que las personas pueden prever tentaciones, ciertas situaciones, en las cuales, no se debe poner en situación de mal y de tentación. Dicho de otro modo, un ejemplo, siempre el mismo porque es el más fácil, si yo o usted es o tiene una enorme tendencia al alcohol, usted debe procurar no ponerse en situación de consumir, por tanto, no debe probarlo, ni mucho, ni poco, no debe asistir a acontecimientos sociales dónde exista mucha posibilidad que termine bebiendo, etc. Es decir, todo ser humano tiene que huir de las situaciones de tentación, en definitiva, de peligro real o posible de mal o de maldad, se entienda desde el punto de vista filosófico, o se entienda desde el punto de vista teológico moral…

Las tentaciones y tentaciones al mal, pueden ser múltiples, la tradición desde los griegos y romanos han ido dilucidando un sistema teórico del bien y de la virtud, y, un marco teórico del mal y la maldad. La tradición ha esbozado y sintetizado el mal y la maldad en siete errores morales graves –si solo se analizan desde el punto de vista racional y filosófico-, y, de siete pecados capitales –si se analizan desde el pensar racional filosófico y teológico cristiano-. Estas siete pecados capitales, capitales viene de la palabra latina capita –cabeza-, porque dicen son las fuentes de otros males, no solo de los propios. Esos son la avaricia-codicia, la ira-cólera, la envidia, la gula, la vanidad-soberbia, la acidia-pereza, la lujuria.

Sé, que son malos tiempos para hablar y escribir de estos temas. Pero esto es y forma parte de la realidad humana, por tanto, es de actualidad, actualidad en cada ser humano, actualidad en cada siglo, actualidad constante. Si usted se fija en sí mismo, si tiene una cierta edad, si tiene una cierta experiencia del vivir, si tiene una capacidad mínima de análisis. Debe saber ya, debe haber comprobado, que “como dicen por las plazuelas de nuestras ciudades, uno, tiene varias ocasiones en la vida, de hacerse rico, y, también, varias ocasiones en la vida de hacerse pobre”. Pues, cada individuo, claramente, sufre varias veces, en la vida “una tentación o la tentación” de hacer y de caer en el mal. Hemos dicho, repito y reitero, que sufrir tentaciones en sí, no es malo, es debido a la naturaleza humana, y, por otras explicaciones, que no vienen a cuento en este momento –el tema del tentador, que aquí, no podemos desarrollar-. Además, de la maldad y, no solo la bondad que llevamos dentro. Y, también, del mal y el bien que existe en la sociedad que tienta y tientan…

Todo ser humano, usted no lo dude, que si no lo ha sufrido ya, lo sufrirá. Tendrá una o varias ocasiones, diríamos “que sufrirá radicalmente”, una grave tentación al mal y a la maldad. Y, que usted tendrá que luchar contra si mismo, porque existe algo en su interior, que le dirá, “no pasa nada porque hagas este acto, al final todo el mundo lo hace, es una ocasión enorme de gran placer o de grandes ganancias o de gran experiencia vital o de gran poder o de…, es quizás, una ocasión de una gran fortuna, es o es…”. Las mil formas que los humanos sufren y sufrimos  tentación y tentaciones.

Puede, que incluso en el último minuto de su existencia, o los últimos minutos, los últimos minutos de su vida aquí, sufra la gran tentación de no creer en Dios, en abdicar y negar a Dios, en desesperarse ante y con y sobre Dios –en vez de ese último momento arrepentirse, haya hecho lo que haya hecho, y, esperar en la Infinita Misericordia de Dios-. Y, ésta sería la última gran tentación. Con lo cual, aviso a caminantes. Puede que este tema no le haya gustado, puede que de las decenas de lectores de mis modestos artículos, todos ellos, no hayan llegado hasta el final. Pero, un artículo periodístico, solo tiene como finalidad, indicar un tema o una cuestión. Y, que usted reflexione, y, que usted amplíe y se informe por otros derroteros. Es como un crucigrama a lo bestia. Es decir, una equis que usted debe intentar dilucidar y desarrollar y ampliar…

¿Por ejemplo, cuántos escritores caerían en un grave mal, si les dijesen, escribe esto y de este modo, y, tendrás éxito, y, quién sabe si acabarás siendo un gran escritor, acabes recibiendo  los grandes premios de tu sociedad, incluso con el Nobel…? ¿Cuántos escritores redactarían textos que induzcan y tienten a otros al mal, y, entonces, es caer en un mal, el mal de la tentación de escribir, escribir algo no bueno, para tener éxito…? ¿Cuántos…?

¿Usted caería en esa tentación si fuese escritor…? ¿Me dirá que no, porque usted no es escritor, pero si puede caer en la lujuria, avaricia, envidia, gula, pereza, soberbia, etc.? Aviso a caminantes… Paz y bien.

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