La noticia de que España formará parte activa del Escudo Anti-misiles de la OTAN, nos recuerda al devenir torpe del moribundo gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo, que anunció la intención de incorporarnos a la OTAN apenas 48 horas después de la intentona golpista de Tejero.
Ahora Zapatero, que llegó al poder gracias al NO A LA GUERRA, se nos despide con este gesto belicista de sumarnos a la táctica militar que dejó Bush Jr., artífice de la guerra de Afganistán (han pasado 10 años y ahí seguimos) y de la segunda de Iraq.
El desprecio del PSOE y el PP a la voluntad del pueblo español es tan grande, que nadie se acuerda de las condiciones por las que en referéndum, los ciudadanos decidieron permanecer en la OTAN; desmantelamiento bases USA, NO INTEGRACIÓN EN LA ESCTRUCTURA MILITAR, y que tropas españolas no participarían en operaciones en el exterior.
Esas tres condiciones han sido vulneradas, violadas e ignoradas por los gobiernos de González, Aznar y Zapatero, y Rajoy, en caso de ganar, seguirá por la misma onda de pisotear la voluntad manifiesta del pueblo español.
No sé qué me indigna más, si que este reiterado desprecio al pueblo no le pase factura a quienes se burlan de él, o que se crea que la opinión de los ciudadanos es algo que se puede obviar si “otros” intereses lo justifican.
Hoy como ayer, la Paz sigue siendo el camino, y me llama poderosamente la atención que en plena orgía de recortes y “reajustes” de gasto social, sanitario y educativo (auténtica inversión para combatir la injusticia, que es la base de toda violencia), se nos ponga encima de la mesa otro aumento del gasto militar, aunque se pretenda camuflar con el posible empleo que pudiera generar.
Lo dicho, Zapatero se despide como Calvo Sotelo, metiéndonos por la puerta de atrás y de espaldas al pueblo en la maquinaria de la guerra. Calvo Sotelo al menos se descubrió posteriormente como alguien con un particular sentido del humor, pero Zapatero hace cada vez menos gracia.