Por primera vez, vecinos de una misma calle de Almodóvar del Campo, la del Cristo, han decidido contribuir a ensalzar el espíritu navideño y hacer que la vida durante estas entrañables celebraciones tenga un latido propio, en pleno corazón de la población, para lo cual comerciantes y residentes han engalanado, de cuento, tan emblemática vía urbana.
Anoche la inauguración se convirtió en un gran acontecimiento social que llenó la calle de gente, con cientos de paisanos y visitantes que se arremolinaron como nunca antes, para admirar una decoración de nomos, guirnaldas y figuras de cascanueces, artesanal todo, colgaduras, farolillos y demás elementos que llaman al espíritu propio de estas fechas.
Con chocolate y tortas dulces ofrecidas por los vecinos y la música de un grupo que interpretó villancicos tradicionales, la convocatoria acabó atrayendo a numerosísimo público que, además de disfrutar de la velada mágica y fotografiarse, sumieron en inaudita felicidad a moradores y, muy en particular, a quienes ya tienen una edad considerable.
Organizada de inicio por los establecimientos comerciales, la iniciativa ha alcanzado a la práctica totalidad de habitantes hasta la altura del cruce con la calle Pimienta, de la cual también ha habido algunos que también han querido participar para rubricar una acción que, desean todos, pueda replicarse en años venideros en otras calles almodovareñas.
A tener en cuenta, el valor añadido que la concepción de esta idea tuvo, la de recuperar en todo su significado el espíritu de vecindad, sobre todo para quienes, antaño, compartían la vida más allá de sus hogares, con costumbres hoy casi perdidas como tomar el fresco en verano y que ahora, aun con frío, ha revivido entre ramas, tijeras, hilos, etc.
Consideran por tanto que “ver su alegría ha merecido la pena todo este esfuerzo, porque las personas mayores se han sentido emocionadas y muy acompañadas, como hacía años no pasaba”, admitían ante los micrófonos Ana, Conchi y Elena, tres de las siete personas con establecimientos comerciales de la calle del Cristo, en un sentir que es común al resto.
Es además digno de reseñar que la alta edad de algunos residentes no ha sido óbice para que hayan querido contribuir de manera decidida a dejar todo listo, no dejando de dar puntadas sin hilo a distintos elementos ornamentales, como ha sido el caso de Nico, quien a sus 82 años no ha tenido problema en dedicar días y noches a coser y a ayudar en todo cuanto ha sido necesario.
Reto completado que el alcalde, José Lozano, elogiaba y agradecía a tantas personas como lo han hecho posible, mostrándose también satisfecho de que los servicios municipales hubieran podido ayudar, aportando ramas de poda de arbolado urbano o colocando luces. “Pero lo grande, lo han hecho estos vecinos a quienes felicito”, señaló.
Orgullo en definitiva que, como anoche se hizo patente, ha supuesto un revulsivo añadido a las celebraciones navideñas que este año ha elaborado la Concejalía de Festejos y que, como también su titular viene expresando, Roberto Donoso, “nos gustaría a todos poder ver realizada en otros puntos de nuestro casco urbano”.
Con la memoria puesta en las víctimas de la Dana
Para hacer posible la chocolatada de ayer, uno de los comerciantes de la calle, Lorenzo, donaba las tortas cocidas en el horno de pan de la familia Lara, sito al otro lado de la manzana, en la calle Madre Josefa y también la entidad Globalcaja quiso ofrecer una aportación para aminorar los costes, dado que este ofrecimiento vecinal al público era gratuito.
Aun así, la velada quiso tener un cariz solidario y aunque no se pedían donativos, los vecinos tuvieron a bien establecer una hucha a beneficio de las personas damnificadas por la DANA, dinero que se ha va a hacer llegar al Ayuntamiento para que, con las acciones que en este sentido tiene también en marcha, se traslade a quienes más lo necesitan.
Una convocatoria que, en definitiva, trascendió más allá de esta calle demudada en pasillo de ilusión, donde personas de todas las edades quisieron inmortalizarse junto a tantos de los elementos ornamentales y luminosos que jalonan casi 200 metros de trayecto longitudinal y donde alegría y espíritu de confraternización fluyeron de manera natural.
La calle Cristo es una de las más comerciales de Almodóvar del Campo, con hasta siete negocios en diferentes sectores, como son Farmacia Ana Muñoz Aguilar, Panadería El Horno de Lorenzo, Droguería Helen, Kebab Míster Lofa, Peluquería María Gracia Martín Sánchez, Clínica Veterinaria Mundo Animal y Hotel Rural Sisapo.
A la hora de hacer posible los montajes decorativos, junto a sus propias manos y medios, la vecindad ha contado con la aportación desinteresada de La Merina Negra, que ha facilitado las pesadas bases de las sombrillas de su restaurante-terraza, sobre la que se sujetan los más de 30 nomos de ciprés apuntalados sobre telas de color rojo navideño.