Ha pasado poco más de un año desde que el presidente Zapatero iniciara su viraje neo-liberal en lo político y lo económico. Con la fe del converso se apuntó al dogmatismo ultraconservador de las reformas estructurales; reforma laboral, pensionazo, expolio de las cajas de ahorro en favor de la banca privada que ha generado la actual crisis financiera, el desmantelamiento del Estado del Bienestar, las privatizaciones, la reducción del sector público a la mínima expresión, el ajuste duro del déficit público, subida del IVA, etc…
Ni siquiera el mea culpa de su novel candidato Rubalcaba, por no haber pinchado a tiempo la burbuja inmobiliaria heredada de Aznar, les libera de su responsabilidad original, haber negado la crisis hasta el último momento, cuando 4 millones de parad@s golpeaban la puerta del INEM.
Fueron muchos los economistas, sociólogos y agentes sociales y políticos que advirtieron al Gobierno de que las medidas que les sugería el FMI o el Banco de España, de un ajuste fiscal únicamente por la vía del recorte de gasto público productivo, solamente empeoraría la crisis sobre las capas populares.
Innumerables escritos, libros, artículos, ponencias, conferencias de gente como Juan Torres López o Vicens Navarro, advertían del error que era fijar el dogma económico en una deuda pública, la española, que sigue a día de hoy por debajo de la media de la UE , y de aplicar un recorte en los rentas del trabajo, que retraerían la demanda, alejando la recuperación económica y generando más problemas a la Hacienda Pública.
Desde aquel 12 de mayo de 2.010, al día de hoy, 4 de agosto de 2011, todos los indicadores económicos han ido a peor; desempleo, precariedad, déficit público, presión sobre la deuda, caída de la demanda interna, el crédito sigue sin llegar a empresas y familias, impagos de ayuntamientos y comunidades autónomas, y sólo la mejora de las exportaciones ha tenido un signo de positivo, pero debido especialmente a que nuestros principales clientes, especialmente Alemania, empiezan a salir de la crisis.
Es decir, todas las reformas han fracasado, no por insuficientes como dice la derecha y las cúpulas patronal y financiera, sino porque eran medidas pro-cíclicas que alimentaban nuevas burbujas sobre la deuda soberana, acercándonos al abismo económico y social, que es donde estamos.
Enternecen los sesudos mensajes de que España no caerá, no será intervenida, pero hay datos que avalan lo contrario. Por ejemplo, si estuviéramos intervenidos, como Grecia, pagaríamos nuestra deuda pública al 3,5% y no a más del 5% de los últimos bonos colocados ayer, nos obligarían a privatizar bienes públicos como puertos, aeropuertos y carreteras, como ya vamos a hacer con Barajas, el Prat o la euro-viñeta para transportistas, haríamos recortes en sanidad pública como está haciendo CiU en Cataluña con la colaboración del PP, o le aplicaríamos, como en Portugal, un impuesto especial del 50% sobre la paga de navidad de los empleados públicos, cuando en España ya se les ha quitado una paga entera, fruto del recorte salarial del 5% mas la subida del IVA del 2%.
Hoy en día nuestro país está sometido a la presión de especuladores financieros, y de unas instituciones económicas alejadas de cualquier control democrático o ciudadano, tenemos una democracia adulterada por una Ley Electoral excluyente, y por unos poderes públicos esclavizados por los lobbys financieros.
Por lo tanto hay más que motivos para la indignación y la movilización ciudadana, y podrán cerrar la Puerta del Sol, pero no pararán la primavera de un proceso de toma de conciencia ciudadana que avanza, a pesar de los intentos de criminalización, y cuyas demandas están en las antípodas de las políticas de Rajoy, que quiere elecciones ya, antes de que las urnas le priven de una victoria que cree segura.