Eduardo Muñoz Martínez.- Aunque es verdad que la idea original era escribir sobre el primer centenario de la radiodifusión en España, – de forma generalizada -, y lo haré no tardando mucho, he preferido comenzar, ! caprichos de última hora!, centrándome en los orígenes de esta bien llamada «telefonía sin hilos» en nuestra provincia, en nuestra capital, y para ello me apoyaré en el documentado trabajo «Los orígenes de la radio en Ciudad Real (1924 – 1959), que además del buen amigo Francisco Alía Miranda, firman Gustavo Prieto Alía e Isidro Sánchez Sánchez, y que refleja el comienzo de aquella hermosa aventura, aunque con las luces y las sombras propias de la época, que se llamó «Radio Ciudad Real ESJ-65».
Y porque no puede ser de otra manera, me quiero centrar también en las palabras del periódico «El Pueblo Manchego» en un día de finales de 1924, hace por ahora cien años, que transcribo: «Felicitamos al señor García Dorado, – al que ya no «le dolerán las muelas «, cómo se suele decir por nuestra tierra y añade el firmante, por su arrojo de traer a Malagón un adelanto en el que no creía el vulgo». Y es que había instalado el primer aparato de radio por la importante cantidad de trescientas pesetas. No sé salgan del contexto los posibles lectores, y lectoras, y tengan que aquella «ridícula» cantidad, – vista con las gafas de hoy -, era por entonces la mitad del salario mensual de un obrero de clase media.
Situémonos ahora en una década más adelante, en 1934, en tiempos de la segunda república, concretamente en la noche del 9 de diciembre, – pronto se cumplirá un nuevo aniversario del acontecer -, cuando se inaugura «Radio Ciudad Real EAJ-65», fruto de la licencia que en 1932 le había sido concedida a los empresarios madrileños Eduardo Valentín Maroto y Francisco Fernández Tejeda- , que luego sería conocido como el «Tío Paco», y que contrajo matrimonio con Elsa Vela, a quien hace años tuve el honor de entrevistar, con motivo del 75 aniversario de la efeméride que ahora, de nuevo, rememoramos.
Fue un acto entrañable, a la vez que sencillo, – según narran los cronistas de la época -, que contó con la presencia de las primeras autoridades locales y provinciales, que concluyó con el «Canto a la Mancha», del inmortal Marcos Redondo, que había nacido en Pozoblanco, en 1892, y falleció en Barcelona, en 1976, y fue barítono de gran prestigio, especializado en el género de la zarzuela, acto del que nos quedamos con los deseos del por entonces Gobernador Civil, por aquellas calendas el señor Pérez Moya, traducidos en palabras ante los micrófonos de la recién nacida emisora, «contribuir al enriquecimiento cultural de una población minada en aquel tiempo por un 55 por ciento de analfabetismo, uno de los más altos, – por entonces -, de nuestro país.
Se fueron reduciendo estas tasas con conferencias, recitales de poesía, actuaciones de grupos y asociaciones…, formando buena parte de unos malos tiempos, o por lo menos difíciles, en los que no era fácil conseguir publicidad, la mayor fuente de ingresos. «Uno de los primeros anunciantes, – decía en su momento Elsa Vela -, fue Lorenzo Montero, propietario de una tienda de coloniales, que nos permitió a cambio, – decía ella -, instalar una contraantena en una vivienda de su propiedad, que propició, recordaba doña Elsa, «nuestra expansión». Ciertamente, hasta la sistematización de la televisión, la radio se convirtió en el principal medio de distracción pública, en un importante medio informativo y en poderosa plataforma ideológica en determinadas situaciones.
La Guerra Civil y el peso político de la radio. En Ciudad Real, cómo en todos sitios, la propaganda influyó mucho en el conflicto. Tanto, que junto con «El Pueblo Manchego» se convirtieron en Órganos del Frente Popular. Se intentó recoger, sin ningún éxito, los receptores de radio mediante un Comité de Incautación; sólo se podía escuchar, y transmitir, lo que los republicanos consideraban oportuno…, hasta que el 28 de marzo de 1939 Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S., adelantándose a las tropas franquistas, suspende la emisión en Radio Ciudad Real, escuchándose el siguiente mensaje, entre los acordes de la Marcha Real «…Me hago cargo de esta emisora de radio, que desde ahora estará al servicio de España y de su glorioso ejército. ! Arriba España!. Al día siguiente las tropas del General Franco entraban en Ciudad Real.
La época de la posguerra, – según las fuentes consultadas -, fue nada o poco distinta a los tres años anteriores, en el mundo de la radio, – al menos en nuestra ciudad y provincia -, pasando a denominarse la emisora «EAJ-65 Radio F.E.T. y de las J.O.N.S. de Ciudad Real». Era el paso de una radio privada a convertirse, ahora, en Órgano de Falange. Fue un tiempo en el que se impidieron los comentarios a las emisiones que se hacían, tras el triunfo del Dictador; los jerarcas aprovechaban para transmitir consignas e ideas grandilocuentes…, y llegamos a la llamada «época dorada», – a la «década dorada» -, en la que la radio, hasta el boom de la pequeña pantalla, es el primer electrodoméstico que entra masivamente en los hogares; se ofrece una programación variada que impida pensar en política y en las dificultades cotidianas; la radio es un mero «poste reparador»…, y Radio Ciudad Real no pudo permanecer al margen; se crearon nuevas emisoras de radio: «Radio Puertollano, emisora interparroquial», «Radio Juventud de Valdepeñas», Radio Falange de Socuéllamos»…
Lo adelantaba en el titular de estos párrafos, y a ello voy para concluir este trabajo. Son muchos los recuerdos que ahora se me vienen a la memoria…, y les contaré algunos, tales que el rezo del Santo Rosario en familia, escuchando al sacerdote José Ballesteros Estero; las radionovelas que escuchaban nuestras madres, nuestras abuelas…, y nosotros de refilón, mientras cosían, hacían punto…, u otras tareas del hogar; seriales cómo «Matilde, Perico y Periquin»; programas infantiles, pudiendo citar a modo de ejemplo, «Cuéntame un cuento, abuelita», con la entrañable Elsa Vela…, y muchos más que sería interminable referir. Lo recuerdan? Realmente fue una «época dorada» que protagonizaron personas cómo Julián Camacho, Santiago Amores, Marce León, Daniel Pinilla, Elsa Vela, – madre e hija -, hombres, mujeres, nombres…, que permanecen en nuestras mentes, y que merecen el respeto, el aprecio…, por haber hecho tanto con tan pocos medios. Eran los orígenes de la Radio, -con mayúsculas -, en Ciudad Real.