Rosa López-Torres, presidenta del Consejo Regional de Farmacéuticos de Castilla-La Mancha (COFCAM) y del COF de Albacete, junto a los presidentes de los colegios provinciales quisieron transmitir en rueda de prensa su creciente preocupación por los 1.300 farmacéuticos titulares de la región que «no pueden seguir haciendo frente a las facturas». «Y aunque el Gobierno regional ingresó a los farmacéuticos la mitad de la deuda por la dispensación de las recetas del mes de mayo, ellos han seguido dispensando medicamentos en junio y julio y lo que va de agosto, sin conocer cuando podrá regularizarse su situación», señala.
«De forma habitual», explicó la presidenta del COFCAM, «las farmacias financian medicamentos, incluso durante 50 días, antes de que la Administración les pague la factura por los medicamentos dispensados. Ahora, a esos 50 días, se ha sumado otro mes y medio y, a día de hoy, se desconoce cómo podrán hacer frente a sus gastos y obligaciones».
A pesar de todo esto, López-Torres manifestaba que “hemos intentado colaborar con la Administración, pensar posibles soluciones, acercar entidades financieras a la Administración para que ellos pudieran negociar salir de esta inmensa deuda que nos trasmite el Gobierno Regional, que a heredado de un anterior Gobierno, dejando claro que el papel del Consejo no es juzgar quién ha dejado la deuda, sino colaborar con la Administración por el bien de los Farmacéuticos y de la población”.
Ante la «falta de respuestas» por parte de la Administración, desde el COFCAM no se descarta que las movilizaciones se consideren en las asambleas. “Hemos dejado un tiempo para que la Administración empezara a resolver este tema con nuestra colaboración, y a día de hoy, no hemos recibido respuesta escrita, por lo que el Consejo respetará siempre las movilizaciones que se decidan tanto en asamblea de cada Colegio provincial, como de forma particular”, añadía la presidenta regional de los colegiados farmacéuticos.
Este colectivo, incidió Rosa López-Torres, «que siempre ha apostado por mantener un nivel de calidad en la atención a los pacientes castellano manchegos, se siente discriminado porque no sólo han dejado de cobrar su sueldo, sino que están financiando un gasto propio de la Administración. No hemos provocado la situación, no originamos el gasto, no marcamos el precio del medicamento y no nos negamos a seguir atendiendo a los pacientes”.
“El farmacéutico ha seguido trabajando con muchos menos ingresos, hasta de un 50% menos en algunos casos, con lo que creo que ya hemos contribuido a salir de esta crisis. Para nosotros no es nuevo un recorte en una nómina, o dejar de pagar una paga doble, llevamos 10 años de recortes y el 2010 ha sido especialmente duro para nosotros y si a esto le sumamos que tenemos que financiar un bien, cuyo gasto genera la Administración, porque es un bien prioritario, no sé como vamos a poder seguir adelante”, manifestaba la máxima representante del órgano regional de los colegios farmacéuticos.
El COFCAM, a través de Rosa López Torres, también quiso explicar la importancia del servicio que los 2000 farmacéuticos que trabajan en las oficinas de farmacia de la región prestan como profesionales de la sanidad acercando los medicamentos al 98,53% de los habitantes de la comunidad autónoma hasta su propio municipio, por muy alejado que esté, sin ningún tipo de recargo en el precio, gracias a un sistema de distribución propio, que también está en peligro y ejerciendo su labor profesional en la dispensación de estos medicamentos.
Además, su servicio sanitario es continuado realizando una media de 1.157 horas de guardia anuales por farmacia que, en ningún caso, son remuneradas. Dándose la circunstancia de que el farmacéutico es, muchas veces, el único profesional sanitario que presta ese servicio en muchos de los pueblos de forma ininterrumpida.
Un llamamiento de urgencia a la Administración
Por tanto, desde el Consejo de Colegios de Farmacéuticos vuelve a hacerse un llamamiento al Consejero de Sanidad y a la Presidenta de la Comunidad para que «den solución a esta situación que no es deseable para ninguna de las partes y en beneficio de los pacientes». “Es un llamamiento, un llamamiento de urgencia y en el que siempre subyace la idea de que el farmacéutico ha seguido responsablemente dispensando, ha seguido responsablemente haciendo sus turnos de guardia, ha seguido responsablemente haciendo su atención farmacéutica y que lo que quiere es seguir haciendo su trabajo de atender a la población”, concluyó Rosa López-Torres.