En los dos arroyos del término municipal de Brazatortas, el del lavadero y el de Cañarredondo, se están desarrollando tareas de limpieza y acondicionamiento a cargo de la Confederación Hidrológica del Guadalquivir, unas labores que el alcalde de esta localidad ciudadrealeña, Pablo Toledano, venía reclamando desde hace tiempo. Según el propio alcalde “las obras transcurren a buen ritmo”.
“En el arroyo del Lavadero vierten las aguas de lluvia de todo el municipio, y se encuentra casi siempre anegado y taponado, por lo que las aguas invadían todas las parcelas y huertas colindantes, haciendo inviable la siembra en sus márgenes”, explica Toledano, quien se ha mostrado “parcialmente satisfecho” ya que “por fin está invirtiendo algo de dinero la Confederación en este municipio”, aunque critica el estado “vergonzoso” en el que se encuentran los diferentes arroyos de la localidad torteña. Toledano reseña igualmente que “el Río Ojailén sigue sin limpiarse”, y recuerda que el cauce en algunos tramos se difumina en una maraña de arterías de que invaden las diferentes parcelas, con el consiguiente perjuicio a sus propietarios. A un lado del arroyo del lavadero transcurre la tubería de alcantarillado del municipio, que lo cruza en varios tramos y se encuentra actualmente en un pésimo estado, por lo que las obras de acondicionamiento mejorarán sin duda su funcionamiento. En un margen de este arroyo se está finalizando además la construcción de una depuradora, “algo que también ha costado mucho conseguir para Brazatortas pero que poco a poco se va convirtiendo en un realidad”, comenta Toledano.