La Escuela Taller de Daimiel ha quedado este miércoles clausurada por el alcalde, Leopoldo Sierra, en un acto celebrado en el Centro Cívico El Carmen donde se ha procedido a la entrega de los respectivas titulaciones a la treintena de participantes. Sierra aprovechó la ocasión para reconocer el proceso formativo y el trabajo y sacrificio empleados durante estos dos años que ha perdurado el proyecto. Una valoración, dijo, “donde hemos comprobado vuestro esfuerzo” en cada una de las disciplinas aprendidas, carpintería metálica, albañilería y fontanería y electricidad. En contraposición, comentó el primer edil, la imposibilidad de prorrogar un año más este proyecto para refinar los trabajos que afectan a la obra de la parte posterior del Auditorio Municipal.
Sierra, estuvo acompañado por la futura concejal de Empleo, María Dolores Martín de Almagro, quien subrayó, al margen de la instrucción laboral, la formación humana y en valores adquirida por el alumnado durante este proceso formativo. La edil animó a los presentes a seguir estudiando de cara una sociedad cuyo mercado laboral es cada vez más competitivo y requiere de mayores conocimientos. En este sentido, anunció, “el Ayuntamiento seguirá apostando por el tipo de formación que ofrece las Escuelas Taller”.
En el turno de intervenciones, la directora de la Escuela Taller, Juana Torija, resaltó los aspectos “visibles” reconocidos en instalaciones, equipamiento y obras, y más aún, los “no visibles” como la formación adquirida y la evolución personal de cada uno de los alumnos. Torija recalcó los “logros” de este proyecto que, dijo, “supera lo razonable”, alcanzando los estudios de la ESO quince de los 30 alumnos que han participado y que se unen a los ocho que ya tenían completados esta titulación.
Desde 2009 a esta parte se ha levantado en su parte posterior y durante los últimos meses dos oficinas de producción, una cocina, un comedor, cuatro camerinos de artistas, otros cuatro técnicos y almacén para servicios eléctricos, al margen del material necesario para cada una de las dependencias. Mientras, en la entrada del recinto, se han replanteado y adecuado los aseos y se construyeron dependencias anexas en el lateral izquierdo, además de habitáculos dispuestos para Protección Civil, Policía y Cruz Roja. Al margen de las enseñanzas propias en estos oficios tradicionales el alumnado recibió conocimientos en alfabetización e informática, igualdad de género, orientación laboral y búsqueda de empleo, nociones sobre autoempleo y creación de pequeñas empresas, prevención de riesgos laborales y primeros auxilios.
Valoración alumnas
En Radio Daimiel, tres de las integrantes de este alumnado, mayoritariamente femenino, han confirmado en primera persona lo avanzado en estos dos años de Escuela. Todas coincidían en los reparos iniciales que suponía adentrarse en oficios tradicionalmente desempeñados por hombres, pero que pronto se disiparon. Así, Miriam Fernández, del modulo de albañilería, se mostraba orgullosa de las dependencias realizadas en el Auditorio y reivindicaba que, aunque se necesiten más manos para determinadas tareas, “las mujeres lo hacemos igual que los hombres”. También lo entendía de esta forma, Silvia Fernández que, del apartado de instalaciones, subrayaba la electricidad como “lo más complicado” o Nazaret Sánchez Cambronero, que enumeraba las puertas, rejas, forjados para techos o quijotes artesanales para regalo, dentro de la producción de carpintería metálica.
En el caso de Nazaret y Miriam, la Escuela Taller también les ha brindado una segunda oportunidad con los estudios que han aprovechado para completar la Educación Secundaria y que les ha motivado, si no encuentran trabajo, para en septiembre proseguir su formación con módulos de Grado Medio. “Es la mejor manera de colocarse”, subraya Miriam. Mientras, Silvia, que ya contaba con el título cuando ingresó en la iniciativa, se decantaba por buscar empleo y así “ayudar a la economía familiar”. De no ser posible, se inclinaba por ampliar sus conocimientos en electricidad con cursos.
