DANA, Paiporta y cuando las ratas huyen

Decía en mi artículo de antes de ayer <DANA, ¿el último jadeo del Régimen del 78?> que nuestras autoridades no estaban legitimadas para gobernarnos por más que las hubieran votado, según dicen. Si cabía alguna duda, ayer, las dos máximas autoridades del poder ejecutivo involucrado en esta catástrofe salieron corriendo cual ratas inmundas. En la Guerra de Granada, el rey Fernando estuvo siempre al frente del ejército e Isabel ideó el primer hospital de campaña de la historia; lo hizo para reducir el tiempo de atención a los heridos. Se llamó el Hospital de la Reina; otra innovación nacida en el mundo hispano.

Un tal Mazón y un tal Sánchez presumen de dirigir los ejecutivos de la Comunidad Valenciana y del Reino de España, respectivamente; es decir, son los generales de ambos territorios ¡Qué fácil se obtienen las estrellas de mando en esta España heredera de la Transición! Basta tocar un poco la flauta y, por arte de birlibirloque, aparecerán suficientes incautos bienintencionados, felices de despeñarse bajo la hipnosis; porque de eso se trata: de hipnotizar.

Permítanme una reflexión ¿Si ese tal Sánchez se cisca en los pantalones ante unos cuantos españoles que le alzan la voz, se lo imaginan negociando en la UE, donde las presiones son de armas tomar? ¿Se lo imaginan frente al monarca alauita? La respuesta es sí: entregando el país a cambio de nada. En esos foros, más que negociar se intimida; así es el mundo real. De juego limpio, nada. En una negociación dura, mejor no visitar los urinarios no vaya a ser que se coloquen a ambos lados un par de tipos con el mensaje de <por qué no se deja Ud. de joder> dicho en un idioma raro. Lo primero que debe tener un dirigente político son agallas. No importa que sepa mucho, que su pueblo lo adore y su familia le haga carantoñas cada dos por tres. Sin agallas, será un pelele en manos de los depredadores del resto del mundo. Si el tal Sánchez demostró ser un cobarde en un entorno conocido y rodeado de guardaespaldas, imaginémoslo en uno ajeno y solo frente a una maraña de escorpiones; no nos sorprenda que España sea una almoneda para el primero que levante un poco la voz. De Mazón, mejor ni hablar: sería incapaz de comandar una pandilla de barrio en una especie de <Guerra de los Botones> Con esta gente no se puede ir por el mundo

Miren por dónde, el rey aguantó el chaparrón, apartó el paraguas con el que lo protegían de las bolas de barro y lanzó un mensaje digno de analizar: <No caigáis en las provocaciones> Ojo, no es una frase baladí.

De este episodio, lo más destacable no fue tanto la reacción de la gente

-absolutamente esperable- sino la cobardía de quienes deben defender los intereses de la Nación allá donde vayan. Estamos aviados. El rey, en esta ocasión, sí estuvo a la altura de las circunstancias.

Marcelino Lastra Muñiz

mlastramuniz@hotmail.com

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6 COMENTARIOS

  1. Para mí lo de ayer es la constatación de que España ha colapsado como estado. El presidente del gobierno diciendo si Valencia necesita ayuda, que la pida; el ministro del interior rechazando la ayuda exterior porque no hace falta y unos bomberos franceses que desobedecen a tan alta magistratura y se presentan en un pueblo donde los paisanos los reciben vestidos de barro hasta las orejas y les dicen que son los primeros en acudir, que por allí no había ido nadie… Y el ejército en Turquía y en Letonia… Prohibido ir a ayudar, los voluntarios no son bien recibidos… Los que ayer tiraban barro son grupos de ultraderecha, según el gobierno…

    Permítame corregirle, don Marcelino, pero creo que el presidente del País Valenciano no abandonó ayer al rey.

    Decirle desde aquí a don Valero (con todo cariño y respeto), defensor de la tesis de «no es el momento», que llueve sobre mojado (y perdón por la broma macabra). ¿Cuándo es el momento? ¿Después de la erupción del volcán de La Palma? ¿Después de las atrocidades y arbitrariedades de la pandemia COVID? ¿El mes que viene? ¿O unos muertos después?

    Triste panorama nos aguarda y sólo nos tenemos a nosotros mismos y al poder en contra. Malos tiempos…

  2. Señor censor, sigo opinando lo mismo aunque desencantado dado que la bronca política y mediática (algo que habrá influido en la pobre gente que ha perdido todo en su airada reacción del domingo) continúa. Aún no se ha entrado en los aparcamientos ni se ha retirado la décima parte del lodo y la nube tóxica del rencor sigue avanzando. No soy partidario del presidente del gobierno ni de su trayectoria pero no considero que huyera de Paiporta como una rata. Primero son los guardaespaldas quienes casi a la fuerza toman esa decisión ante el cariz de los acontecimietos y segundo, de haber seguido Sánchez hubiera puesto en peligro su integridad física o quizá algo más grave (Uno de los guardaespaldas de la reina estaba sangrando)… Lo triste es que de haber ocurrido muchos se habrían alegrado. Si la visita la cursa la familia real tal vez no hubiera sido tan grave lo ocurrido. Que España duele es un dicho que viene de antiguo, somos un pueblo con un ADN cainita.
    Para mi que a veces me considero un estúpido idealista lo mejor ante el desastre nuclear de Valencia hubiera sido tomar las decisiones más acertadas, quizá la declaración del Estado de Alarma, y a partir de ahí apoyo absoluto, una piña de plomo, a las decisiones siguientes sin banderías ni ideologías ni reproches ni estrategias politicas. Y con la prensa y los medios en cuarentena critica hasta pasado un tiempo razonable. Cosa que como ha podido comprobar no ha ocurrido. Las redes repletas de visionarios advenedizos y manipuladores son hoy el veneno de la plebe global para completar el plato.
    Y en definitiva, somos un Estado de Derecho y una democracia homologada que celebra elecciones, que es la oportunidad de oro que tenemos los ciudadanos para cambiar o ratificar gobiernos, aunque la actual clase política invite a la inacción. No puede ponerse en duda el resultado de unas elecciones ni deslegitimar a gobiernos democráticos, aborrecibles politicamente pero legales y legítimos, Constitución en la mano. Sí, son malos tiempos. Un saludo

  3. Elecciones, pierda usted toda esperanza. El sufragio ha perdido todo su sentido. Sea cual sea el recambio, no habrá mucha diferencia en la política que se hiciese. Amén de que la urgencia en legalizar medio millón de inmigrantes ya es una adulteración de las elecciones.

    En política las cosas son lo que parecen. Una comparecencia conjunta de gobierno central y autonómico a tiempo hubiera sido inteligente. Ahí tiene a García Page. Y no confundir inteligencia con bondad, tiempo tendrían de practicar la más baja política contra el adversario político.

    En fin. ¿Se acuerda usted del Prestige? ¿Del «No a la Guerra»? Qué tiempos… Hoy se produce un genocidio en Gaza de tamaño bíblico y un desastre natural y humano en Valencia del que apenas atisbamos su tamaño, y nada se mueve en la sociedad española. Al menos en la medida de esos ayeres…

  4. No. No la pierdo. No pierdo la esperanza. Porque creo en la democracia aún imperfecta. La otra alternativa es una dictadura distopica, pero para eso ya está Neflix.

  5. El Sr. Sánchez podía haber optado por dejar al rey solo, como ha hecho en otras ocasiones, (Proclamación de milei) pero pensó que al ir junto al Rey se minimizaban los riesgos (sabiendo el cariño que le tiene la calle).
    Es posible que sus escoltas se lo llevarán a la fuerza para evitar males mayores, pero la visita a Chiva de los reyes, que seguía programada, se suspendió solo porque ya no iba Sánchez.

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