El Plan Hidrológico del Guadiana deja «de secano» a la agricultura castellano-manchega de la cuenca alta

A pesar de reconocer la importancia de la agricultura para la economía de la zona Alta del Guadiana, el Plan Hidrológico de la demarcación considera que se debe reducir a la mitad la demanda de agua de dicha actividad, pasando de los actuales 544 Hm3, a los 239 Hm3 a partir de 2015. El recorte de las demandas agrarias para esta zona, prácticamente las únicas que se restringen, pivota sobre la aplicación del Plan Especial del Alto Guadiana, en el que ni tan siquiera confía el propio Plan Hidrológico, que plantea, ante la actual situación de crisis, un escenario presupuestario en el que la financiación de las medidas más importantes del PEAG (adquisición de derechos y forestación de tierras agrarias) se retrasarían a fases posteriores del Plan Hidrológico.

Es por esto que, en opinión de COAG-IR, el borrador de Plan Hidrológico del Guadiana, expuesto a consulta pública hasta el 26 de noviembre próximo, no aporta una solución satisfactoria para abastecer las demandas agrarias de la parte Alta de la demarcación, donde se encuentra una de las agriculturas de regadío más activas de Castilla-La Mancha.

El Plan Hidrológico plantea la reducción del déficit global de recursos de toda la cuenca del Guadiana (Alta, Central y Baja), estimado en unos 270 Hm3, a 100 Hm3 en el horizonte 2027; pero con un aumento previsto de las demandas, que pasarían de 2.218 Hm3 ahora, a 2.314 en e 2027, para todas las actividades que no sean las agrarias y en todas las zonas que no son Alto Guadiana.

La agricultura del Alto Guadiana, que demanda 544 Hm3 de agua para el regadío, es el uso que presenta un mayor déficit de este recurso: 243 Hm3. La forma de corregir dicho déficit es, según el borrador del Plan Hidrológico de la demarcación, reducir la demanda a 239 Hm3, es decir, recortar el agua destinada a regadío en la cuenca Alta del Guadiana al 44 % de los actuales y el instrumento para acometer dicho recorte sería el Plan Especial del Alto Guadiana.

El Plan Especial del Alto Guadiana, que debería estar funcionando desde el 2002, se aprobó en 2008 y tendrían que haberse gastado, hasta el ejercicio 2011 incluido, 525 millones de euros en adquisición de derechos de regadío y 55 más en forestación de tierras agrarias. Sin embargo, hasta la fecha, sólo se han puesto sobre la mesa 66 millones de euros para adquisición de derechos y nada para forestación, lo que pone en entredicho el cumplimiento de dos de los ejes principales de dicho Plan y su capacidad de ser el sostén principal del Plan Hidrológico de la demarcación para el Alto Guadiana. Tan es así, que en el propio Plan Hidrológico se plantea una distribución temporal de las inversiones alternativa a la que sería necesaria, que deja aparcadas en los primeros años las medidas de adquisición de derechos y forestación del PEAG debido a las dificultades presupuestarias previsibles con la situación de crisis que atravesamos.

COAG-Iniciativa Rural considera que si este Plan sale así, se va a cometer el mismo error histórico que se cometió  con el anterior, en el que una bonanza climatológica coincidente con la elaboración del Plan Hidrológico de la cuenca y los resultados coyunturales del llamado Plan de Humedales (que llegó a retirar temporalmente del regadío en el Alto Guadiana un máximo de 80.000 hectáreas) enmascararon el problema de insuficiencia de recursos para la agricultura y, en aquel momento (año 2000) no se estimaron medidas necesarias para abastecer dicha demanda. Error que luego ha sido fuente de las tensiones a las que hemos asistido.

En la actualidad, sí se reconoce que hay un déficit de recursos para la agricultura de regadío muy importante; pero no se exploran medidas para poner a disposición de las demandas agrarias recursos adicionales, sino que se recortan a menos de la mitad dichas demandas basándose en un PEAG, apoyado desde un principio por esta organización en su elaboración, pero que ni se está ejecutando, ni parece que se tenga intención de ejecutar, en las condiciones y calendario y con los presupuestos con los que se aprobó.

COAG-IR de Castilla-La Mancha, que ha participado activamente a lo largo de todo el proceso de participación pública en el Plan Hidrológico de la Demarcación, ha venido reclamando que los instrumentos de planificación hidrológica puestos a disposición de los ciudadanos de todas las cuencas para satisfacer sus demandas sean los mismos. Para esta organización no es coherente ni aceptable que el déficit del Alto Guadiana se resuelva por la vía de reducir el regadío a menos de la mitad con un PEAG inoperante y que para el Segura, cuyo déficit multiplica por tres el nuestro, se planteen en su Plan costosas inversiones en infraestructuras y desaladoras y aportes externos del Tajo de más de 400 Hm3 anules.

COAG-IR recuerda que durante las negociaciones del Plan Especial del Alto Guadiana se incluyó un apunte en el que se reconocía la posibilidad de acudir en un futuro a recursos externos a la propia cuenca si así lo contemplaba el Plan Hidrológico de Demarcación y el Plan Hidrológico Nacional y que esa posibilidad, no solo no la plantea el borrador del Plan Hidrológico, sino que apunta exactamente en el sentido contrario y que es ahora el momento de hacer un Plan Hidrológico que resuelva los problemas del Alto Guadiana y que no sea, como lo fue el anterior, un obstáculo para ello.

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