La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal, afirmó ayer en su discurso de toma de posesión, celebrado en San Pedro Mártir de Toledo, que quiere «formar el Gobierno de los mejores para la mejor de las sociedades, como es la de esta comunidad autónoma». De esta forma, aseveró que “no descansaré hasta crear las condiciones reales que permitan a Castilla-La Mancha ser una tierra de ciudadanos plenamente libres e iguales; hasta que nuestros niveles de riqueza se sitúen en la senda de la convergencia perdida con la media nacional”.
A ello, añadió que es preciso que “las políticas reformistas en las que creo se transformen en creación de empleo, generación de riqueza y recuperación de la prosperidad”. Asimismo, abogó por eliminar “la maraña regulatoria que enreda a nuestros emprendedores”, al tiempo que señaló que “no descansaré hasta que la seguridad jurídica sea el aire que respire nuestra sociedad, o mientras la hemorragia del desempleo siga desangrando las energías de nuestro pueblo”.
Por todos estos motivos, aseguró que seguirá vigilante “hasta que la lucha contra el paro no incline a nuestro favor la balanza del bienestar”. Además, puso de manifiesto la importancia de mantener “los valores que han hecho grande nuestro país”, así como “los principios que nos hacen libres”. Según Cospedal, es necesario que se apueste verdaderamente por los jóvenes en una tierra de futuro, manifestando su más firme creencia en la tierra del Quijote, “que debe ser una región de progreso, desarrollo y prosperidad”.
Cospedal recordó cómo hace exactamente cinco años se comprometió a liderar “un cambio en la forma de gobernar” esta región, al ser nombrada presidenta del Partido Popular de Castilla-La Mancha.
Cinco componentes para el cambio
A la hora de afrontar este cambio, contó con cinco componentes: el equipo de trabajadores –“incansables y comprometidos con Castilla-La Mancha”- que le acompaña, el “sostén de aliento y el ejemplo constante” de Mariano Rajoy, presente en el acto junto a numerosas autoridades y miembros del PP; la certeza de que “no hay sacrificio personal que mi tierra y mi país no merezcan”, el «cariño y apoyo» de su familia y los principios y valores con los que se formó.
Tras referirse a su vocación por el servicio público y su carrera en la Abogacía del Estado, destacó que la esencia de la política debe fundamentarse en que “no hay tarea más noble que entregar lo mejor de una misma al servicio a los demás”.
Cospedal se mostró firme a la hora de manifestar que cree en la democracia como “el único sistema posible para organizarse y vivir en sociedad”. En este sentido, pese a admitir una serie de imperfecciones, subrayó que “hoy es un buen día para recordar que una de ellas es el conjunto de excesos financieros cometidos en nombre y bajo la bandera de nuestro Estado Autonómico”. Tras indicar que éste ha sido “nuestro mejor instrumento del Estado del Bienestar y de la vertebración territorial”, alertó de que no debe convertirse “en un conjunto de diecisiete ecosistemas fronterizos con un Himalaya de deuda y un Amazonas de burocracia como único paisaje común”.
La presencia de Bildu, una «infamia»
La presidenta de Castilla-La Mancha tildó de “infamia” la presencia de Bildu en las instituciones, ya que “pone en cuestión el indestructible marco de convivencia que nos dimos todos los españoles hace casi treinta y tres años”. Asimismo, apostó por la necesidad de acometer “una serie de reformas constantes y continuas”, poniendo de manifiesto cómo Mariano Rajoy, presidente del Partido Popular, “fue el primero en dar un paso al frente”. En este sentido, lamentó que no fueran tenidas en cuenta las propuestas del PP, hasta tal punto que “la pérdida de un tiempo valioso nos condujo a la peor crisis de la democracia; una crisis que ha dejado a cinco millones de hombres y mujeres sin trabajo, 216.000 en Castilla-La Mancha, que hoy viven en el desamparo y nos recuerdan que ayudarles a encontrar un empleo y a recuperar sus vidas es mucho más que una obligación política para los que nos dedicamos a la cosa pública; es un imperativo moral”.
«Imperativo moral» ante la crisis: un «rearme político»
La presidenta del Ejecutivo Regional puso el acento en que “es necesario un liderazgo convencido de que podemos salir de esta situación; un imperativo moral que exige de nosotros un rearme político y moral, la legitimación incontestable de la política en mayúsculas”.
De esta forma, ratificó su compromiso en los valores constitucionales, apostó por “la austeridad inviolable de la gestión de los recursos públicos y la integridad insobornable de un Gobierno que rinde cuentas de su servicio al ciudadano”.
A la hora de mostrar un claro objetivo, el de la prosperidad y el desarrollo, se refirió a “un proyecto compartido entre un Gobierno reformista y una sociedad inconformista decididos a mirar hacia adelante y caminar juntos de la mano: inconformista, luchadora, vibrante, idealista y soñadora como es la sociedad de Castilla-La Mancha”.
Ese proyecto, según Cospedal, exige “la confianza mutua entre el Gobierno y la sociedad: concebida en las políticas de la libertad y de la economía de mercado que han servido de ascensor social a millones de personas”. La presidenta de Castilla-La Mancha reiteró un compromiso con la libertad, para la que es precisa una auténtica igualdad de oportunidades, “la libre diferencia de los méritos y los esfuerzos individuales partiendo de las mismas oportunidades”.
De ahí que, según la presidenta de los castellano manchegos, “la obligación de un Estado o de un Gobierno es cuidar de aquellos que menos tienen, que peores condiciones sufren, o de quienes menos opciones les ha dado la vida. En eso creo sinceramente”, concluyó.