El Fiscal Superior de Castilla-La Mancha, Emilio Manuel Fernández, ha defendido este jueves la necesidad de «educar a los padres como ciudadanos» en el uso del móvil por parte de sus hijos, ya que «no lleva a ningún sitio» regalarle a un niño o una niña, como sucede por ejemplo cuando hacen la Comunión, un smartphone. «Todo tiene que ser a su tiempo».
En rueda de prensa previa a su comparecencia en la Comisión de Asuntos Generales de las Cortes para informar sobre la Memoria 2024 de la Fiscalía de la Comunidad Autónoma, donde precisamente se analiza la situación de los menores y las redes sociales, y la realidad criminológica de estas últimas.
«Es absolutamente preocupante, en estos momentos hay en tramitación en el Congreso de los Diputados un anteproyecto de ley orgánica de protección a los menores en entornos digitales, que trata, por una parte, de cerrar un poco la persecución de las conductas delictivas sobre menores en entornos digitales y luego el controlar algunos aspectos que actualmente están absolutamente descontrolados, como es, por ejemplo, el acceso de los menores a contenidos ilícitos en general y pornográficos en particular», ha detallado.
Como ha señalado, Internet «es un mundo» y «las redes sociales son un vehículo de difusión no sólo de pornografía infantil o no sólo un campo de actuación para pederastas, para captadores de niños o de niñas, sino también de otro tipo de contenidos nocivos para los menores, como pueden ser los que tienden a la inducción a las autolesiones, al suicidio, a la anorexia, la bulimia».
En esta realidad, de la que «todos somos conocedores», hay «un cierto descontrol de la actividad de los menores en general en sus familias», aunque ha admitido que «los padres muchas veces se ven inermes ante la actuación de sus hijos con el móvil», fundamentalmente en lo que se refiere con «a dónde entran, a qué hacen, a cómo interactúan, a si son objeto de actividades delictivas que muchas veces son desconocidas».
Esto, ha comentado Emilio Manuel Fernández, «es un gran problema porque asistimos a una realidad en la que los menores tienen una vida digital, muchas veces muy superior, incluso muy superior en el tiempo, a la vida física, a la vida analógica», consciente de que «hay menores que se pasan ocho o diez horas al día o más, incluso pendientes de una pantalla», que primero fue el ordenador, luego la tablet y actualmente el móvil.
«VEHÍCULO DE DELINCUENCIA»
El Fiscal Superior de Castilla-La Mancha ha reiterado la necesidad de que en los centros de enseñanza se controle el uso de los móviles, porque «son ordenadores de gran capacidad que en un centro de enseñanza no producen ningún beneficio» e incluso «muchas veces son el vehículo» de que el niño o la niña «esté pendiente del TikTok, del WhatsApp, de los grupos de YouTube».
Pero también es, ha remarcado, «un vehículo de delincuencia, un vehículo particularmente de acoso, de acoso entre iguales» y de «los grupos de escolares que toman a uno por víctima y lo masacran, tanto en el centro escolar como después cuando acaba el colegio, pero también de la actuación, pues, de depredadores, es decir, de mayores de edad que tratan de cazar».
Por ello, ha incidido en que «no hay ningún beneficio en el uso del móvil en los centros de enseñanza» y en que «esto debería ser controlado» pero «también ser complementado con la actuación de las familias en casa».
«Esto a veces es muy difícil, es decir, aquí hay una labor de educación o de concienciación gigantesca, porque lo cierto es que la mayoría de los padres se ven impotentes ante la actuación, sobre todo, de adolescentes que son incontrolables o que no se dejan controlar» y «hay un tira y afloja permanente respecto al uso de las pantallas».
Sin embargo, a su juicio, hay «que educar también a los padres como ciudadanos» para que no caigan en la cuestión de «es que mi amiga, fulanita, mi prima, mi vecina, mi esto, lo tienen» pues «hay un gran problema ahí».