Centenares de daimieleños entre los que abarrotaban el salón de Plenos y los que copaban la entrada del Ayuntamiento y la pantalla de televisión que se colocaba en sus puertas no se han querido perder la toma de posesión del nuevo Alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra y de la nueva Corporación Municipal que se ha conformado para la IX legislatura de la historia democrática daimieleña desde 1979.
Con una cuidada puntualidad, los 17 concejales hacían su entrada a las doce del mediodía y sonaban los primeros de los múltiples aplausos y vítores de la mañana, calor popular que aumentaba con la incorporación en última posición del que minutos después sería proclamado primer edil tomando el relevo de José Díaz del Campo, José Manuel Díaz de Salazar y Apolonio Díaz de Mera, que siguieron el Pleno desde la primera fila de invitados. En esos primeros asientos también se encontraba el Hijo Predilecto del municipio, el ceramólogo, Vicente Carranza; el deán de la catedral de Almudena, Antonio Astillero y, en el otro lado del aforo, la madre, esposa, hijos y familiares de Leopoldo Sierra.
Con un emotivo saludo para ellos y especial recuerdo para su padre fallecido Sierra cerró un discurso de investidura donde subrayó que estaba viviendo “el día más importante de su vida política” y en el que avanzaba que la “delicada” situación económica y social de la localidad demanda “ahora austeridad y sacrificio”. Tarea para la que pedía a todos “altura de miras” para, desde esa unión, sentar las bases de “una recuperación económica y de la confianza” que desemboque “en la creación de empleo”. En este punto, Sierra admitía que no existe “una varita mágica”, pero se mostraba convencido de que el trabajo y esfuerzo de la nueva Corporación conseguirá mejorar la situación de los daimieleños. Compromiso que ampliaba a las organizaciones sindicales, a los empleados públicos y a todos los ciudadanos. Así las cosas, Leopoldo Sierra remarcaba que pretende una gestión “austera, trasparente y eficiente” y para la misma solicitaba como cristiano que “Dios nos ayude en nuestra toma de decisiones para que sean acertadas y siempre pensando en el bien común”. Para concluir y tras agradecer el apoyo recibido en las urnas se reafirmaba en ser “el Alcalde de todos” con el objetivo de gobernar “desde la moderación, la prudencia y el diálogo”.
PSOE
De esta forma concluía un pleno donde también tomaron la palabra el resto de portavoces de los grupos municipales. La portavoz del PSOE, Cristina Maestre, comenzó felicitando a Sierra y basó su intervención en la necesidad de “trabajar unidos sin ambages y sin sectarismos” en la defensa de los intereses de los daimieleño. Maestre se puso a disposición del nuevo equipo de Gobierno en todo aquello que crean necesario, pero también advirtió de que su grupo estará atento para que no se produzcan retrocesos en lo conseguido. Para ello, aconsejó, en el otro eje de su discurso, que se profundizará en la defensa de los empleados municipales. “Por encima de los políticos, que un día nos vamos y otro venimos, permanece ese gran equipo de hombres y mujeres que trabajan por su pueblo; no pierdan de vista este pilar fundamental porque contando con ellos lo tendrá todo infinitamente más fácil”, aseguraba.
En la configuración del grupo socialista para esta legislatura estuvo otra de las noticias de la sesión plenaria ya que, tal y como anunció a principios de semana el Partido Popular, finalmente se han integrado en él Ana Marchán, número 7 de la candidatura del PSOE y ex concejal de Juventud, tras las renuncias de la número 3, Rosa Fernández Espartero y del número 6, Francisco Cordoba.
IU
Desde Izquierda Unida, su portavoz Galo Sánchez Bermejo, que repite al frente de este grupo, mandó un abrazo a aquellos que han creído en la coalición en los últimos años, tanto los que les votaron en 2003 como los que en estas últimas elecciones les han apoyado para conseguir un concejal más, representación que ostenta Juan Julián Rodríguez de la Rubia. De su posicionamiento para estos próximos cuatro años, Sánchez Bermejo confió en que se repitiese la masiva asistencia de este pleno con el afán de construir “una sociedad civil más fuerte” y aseveró que la oposición de Izquierda será crítica y constructiva. “Seremos colaboradores natos en políticas de participación ciudadana y medioambientales y, al mismo tiempo, seremos una fuerte en oposición en el momento que se quiera ahondar la fractura social que ya existe, en el momento en se quiera separar más a los que tienen de los que no tienen”, remarcó. Además, como ya hiciera en 2007 cerró su intervención el poema de “España en Marcha” de Gabriel Celaya, y antes también citó pasajes de “Canto a libertad” de José Antonio Labordeta.
PP
Por parte del grupo del PP, María Dolores de Martín Almagro recordó en sus breves palabras que el trabajo de su partido ha dado por fin como fruto el gobierno del Ayuntamiento, consiguiendo que Leopoldo Sierra sea “el alcalde más votado de la democracia” daimieleña. “Se ha demostrado que Daimiel sabe lo quiere para estos momentos difíciles”, determinaba. También dejo claro que el tiempo de las felicitaciones acababa y que a partir de ahora tocaba corroborar “el equipo que hemos demostrado que somos”.
Corporación Municipal
Estos son los 17 concejales que conformarán la nueva Corporación Municipal. Junto al Alcalde Leopoldo Sierra, le acompañarán en el grupo popular, Maria Dolores Martín de Almagro Giménez de los Galanes, José David Gómez Cambronero Alonso, Mari Carmen Torija Camacho, Gregorio Díaz del Campo Raéz, Agustín Núñez de Arenas Blanco, Rafael Marcelino Palomares, Pepi Lourdes González Mohíno Jiménez de los Galanes, Fernando Gigante Sánchez Cano y Soledad Fernández Torrijos. Todos ellos juraban su cargo.
Mientras por parte del grupo socialista se encuentran Cristina Maestre Martín de Almagro, José Antonio Pecharromán Fabián, Juan Manuel Prado Infantes, Pilar Estudillo y Ana Marchán Espinosa. Y en el grupo de Izquierda Unida, Galo Sánchez Bermejo Rodríguez Bobada y Juan Julián Rodríguez de la Rubia Jiménez. Tanto los ediles socialistas como los de IU prometieron su cargo, promesa que en el caso de Sánchez Bermejo dejó como anécdota su alzada de hombros y cejas cuando nombró la lealtad al Rey.
