Ha tenido que empezar “oficialmente” la campaña electoral para que se disipen todas las dudas. Las quinielas confeccionadas para determinar por qué partido, agrupación o ente se presentaba el ex consejero Valverde, se han resuelto al ver los carteles en las farolas de nuestras calles. Y sí, como era de suponer, el candidato era del PSOE. Mucha sede de campaña sin siglas, mucho independiente en las listas, mucho fondo de color azul en precampaña para que al final llegue “el aparato del partido” o sea Pepiño Blanco, y ponga la foto de Valverde sobre un fondo rojo, rojísimo y al lado otra banderola con un clarísimo mensaje “Vota PSOE”.
Y votar PSOE ya se sabe lo que significa en estos momentos: deuda, crisis, paro y subida de impuestos. Un cuarteto indisolublemente ligado al PSOE y a todos y cada uno de sus candidatos, Barreda y Valverde también.
No obstante, cabe la opción de obviar estas cuatro palabras e intentar votar a Valverde por sus ideas y por sus propuestas, al margen de que en Ciudad Real sea el representante del partido que nos ofrece ese futuro tan desalentador. A día de hoy, no ha presentado su programa electoral, que yo sepa, pero sí sé por la prensa que ha hecho varias propuestas. A saber, hace unos días dijo que iba a reformar el Parque Forestal de la Atalaya, una gran idea si no fuera porque durante esta legislatura ya se han hecho las obras de rehabilitación y reforma de ese gran pulmón de la ciudad. La otra gran propuesta para el mundo de la cultura es crear, en el sentido de “inventarse”, el programa “Ciudad Reart”. Sería una gran noticia si no fuera porque el Ayuntamiento tiene este programa desde 2009 y así lo ha certificado un técnico municipal.
Mal, Sr. Valverde, mal, así no va a resultar creíble. Pero es que la explicación ha sido aún peor porque, según el candidato, era una “propuesta trampa”. Ahora sí, me pinchan y no sangro. O sea que ahora las campañas electorales en vez de para poner sobre la mesa propuestas y soluciones sirven para jueguecitos. A mí me gustaría que el Sr. Valverde se comprometiera, por ejemplo, a pagar los más de cinco millones de euros que las administraciones gobernadas por el PSOE deben a Ciudad Real, es decir a todos y cada uno de nosotros. Que se comprometa públicamente, aunque luego diga que es un “compromiso trampa” que ya estaremos ahí para recordárselo. ¿En qué lugar quedan los papelitos que hace firmar a las personas con las que se reúne? A ver si después, caso de ganar, va a decir que eran “contratos trampa”.
Creo que personas como el candidato socialista le hacen un flaco favor a la política y a la percepción que la gente tiene de los políticos. Señores seriedad, que la situación no está para bromas y un respeto a sus posibles votantes.