PREGUNTA.- ¿Con qué espíritu afronta su nuevo cargo en la Interprofesión?
RESPUESTA.- Con un espíritu enormemente positivo porque creo en las enormes posibilidades que tienen nuestros vinos y confío enormemente en su progresión, pero también siendo consciente de la enorme responsabilidad que supone, sobre todo, porque considero que Denominación de Origen La Mancha, una vez superado lo peor de la crisis, tiene ante sí retos de enorme trascendencia que hay que superar con éxito para consolidar definitivamente a nuestra Denominación de Origen como una de las grandes referencias mundiales del vino de calidad. Para esto es necesario la implicación de todo el sector, viticultores, bodegas privadas y cooperativas, y que todo el mundo crea en lo mucho que podemos hacer si caminamos juntos.
P.- ¿Cuál su bagaje en el mundo del vino?
R.- Comencé a trabajar en el Consejo Regulador La Mancha en el año 1997 gracias a una beca de prácticas, tras las que el Pleno decidió crear el departamento de promoción exterior, haciéndome a mí responsable y dándome la oportunidad de iniciar una interesante etapa de mi vida en la que he tenido la suerte de ver en primera persona el gran avance dado por nuestra bodegas en los mercados exteriores, lo que ha sido una gran satisfacción, aunque soy plenamente consciente de que todavía queda mucho camino por recorrer.
Son por tanto 14 años de vinculación profesional al mundo del vino, aunque prácticamente todos los manchegos, sólo por el hecho de serlos, estamos asociados al mundo del vino desde la infancia, porque aquí la vitivinicultura forma esencial de la vida de todos nuestros pueblos, desde diferentes puntos de vista, ya que no sólo es el sector económico más importante de toda esta inmensa comarca, sino que también ayuda a fijar población, evita la desertificación de nuestros campos y forma parte de nuestras tradiciones culturales más arraigadas.
P.- ¿Qué fortalezas y debilidades tiene La Mancha con respecto a otras zonas de producción de vino del mundo?
R.- Hoy por hoy, nuestra principal arma es la gran calidad de nuestros vinos, lograda gracias a la concienciación de los viticultores y las increíbles mejoras tecnológicas llevadas a cabo por nuestras bodegas en pocos años. También podemos presumir de una diversidad de tipos de uva prácticamente inigualable en todo el mundo y en nuestra climatología, que permite que nuestros campos apenas requieran tratamientos fitosanitarios y maduren sus uvas de forma adecuada gracias a la gran abundancia de horas de sol.
No obstante, y pese a los enormes progresos hechos en los últimos años, la promoción sigue siendo nuestra principal necesidad, pero no tanto porque no estemos realizando grandes esfuerzos en este sentido, ya que lo cierto es que hoy por hoy tratamos de dar a conocer nuestros vinos en todos los mercados, sino por la imperiosa necesidad que tenemos de vender una gran producción a un precio razonable, que asegure la rentabilidad de nuestras bodegas, pero también de nuestros viticultores.
La gran producción de nuestra región, que justamente nos permite seleccionar lo mejor para comercializarlo con indicaciones de calidad, como la Denominación de Origen La Mancha, es a la vez nuestro talón de Aquiles, porque es realmente difícil posicionar nuestros vinos en el mercado como su calidad objetiva merece. No obstante, creo que hay que ser optimista, pero realista y saber que, pese a que incrementemos la producción de vinos de calidad con porcentajes que serían la envidia de cualquier otra denominación de origen, en La Mancha tendremos que seguir atendiendo a otros mercados, como son la producción de excelentes zumos de uva, de vinos de mesa y también de destilados óptimos para la producción de los mejores brandies de nuestro país.
Por último, me gustaría incidir en otro punto clave para nuestra potenciación, que no es otro que el de conseguir que los propios manchegos se conviertan en prescriptores de nuestros vinos más allá de las fronteras de nuestra tierra, para lo que es necesario mejorar nuestro conocimiento de la cultura del vino, porque a buen seguro, que con nuestra calidad no defraudaremos a nadie.
P.- ¿Cómo ve el futuro de la Denominación de Origen?
R.- En un mercado cada vez más globalizado y agresivo hay pocas zonas que puedan aspirar a ser referencias vitícolas mundiales y, sin duda alguna La Mancha ya lo es, por lo que nuestro trabajo se debe centrar en la mejora de nuestra imagen, porque, como he dicho antes, con la calidad no defraudaremos a nadie.
Nuestras dimensiones harán que seamos importantes en el mundo con un 100 % de seguridad, pero la clave está en no conformarnos sólo con eso, sino en conseguir que nuestra cuota de comercialización de vinos de calidad o con denominación de origen sea acorde a la calidad actual de nuestros vinos y eso sí que resulta más complicado en el corto plazo, pero a buen seguro que con la colaboración de todos podremos conseguirlo.
P.- ¿Cuáles son los principales retos que debe afrontar esta interprofesión en los próximos años?
R.- Para mí los principales objetivos prioritarios serían:
1. Seguir potenciando la imagen de la marca «La Mancha» como una de las principales referencias de los vinos de calidad de España, paraguas común muy útil para la promoción conjunta de los vinos de nuestro país y que siempre mostramos con orgullo, pero sin perder la particularidad aportada por nuestra región, que produce uvas con un índice bajísimo de enfermedades criptogámicas por la abundancia de sol y muy bien maduradas.
2. Mantener la cuota de mercado en nuestros principales clientes europeos (Alemania, Gran Bretaña, Holanda, Suiza, Austria,…), que hasta ahora son los que aglutinan la mayor parte de las exportaciones de vino con D.O. La Mancha.
3. Consolidar nuestra penetración en Estados Unidos y China, ampliando el porcentaje de venta de nuestros vinos en aproximadamente un 100 % en los próximos tres años.
4. Transformar parte del importante volumen de exportaciones a Rusia de vino de mesa procedente de España y, principalmente de Castilla-La Mancha, por vino con Denominación de Origen La Mancha, con mayor calidad y aportando mayor valora añadido a nuestras bodegas.
5. Aumentar la cuota de mercado en Iberoamérica, que actualmente es muy baja, África subsahariana y sudeste asiático.
6. Seguir creciendo en el mercado español, pero no tanto porque el vino con D.O. La Mancha sustituya a vinos de mesa o de otras denominaciones de origen en los lineales de los supermercados, sino porque la tendencia de caída del consumo en nuestro país se invierta. En definitiva, se trataría de conseguir que la ingesta de vino durante las comidas se considere un hábito y, si el vino elegido es un vino manchego, mejor para nosotros y también para el comensal, que a buen seguro que no quedará defrudado.
P.- ¿Qué solución cree que hay para frenar la caída del consumo del vino en nuestro país?
R.- Es un tema complicado, porque afecta a los hábitos de consumo de alcohol de una sociedad y a la percepción que se tiene del vino. Lo que para mí es más grave es que se haya desplazado al vino de las mesas de los hogares españoles, porque el vino donde fundamentalmente se consume es como acompañamiento a las comidas.