En su salutación hizo un repaso por pasos y características de las hermandades, cofradías y procesiones de la localidad. Fundamentó esta movilización en el fervor religioso, por encima del arte y la suntuosidad que varía en función del punto geográfico que se celebre la Semana de Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. “En Daimiel –señaló- destaca su gran participación que la hacen singular, además de su personalidad propia, al margen de su aproximación con la castellana, levantina y andaluza”.
“El legado de la Semana Santa ha de ser que todos, aprovechando el soporte de pasos, procesiones y actos propios, recordemos el mensaje de amor de Jesús”. Con estas palabras, el que fuera alcalde de Madrid durante muchos años, José María Álvarez del Manzano, saludaba a la Semana Santa de Daimiel en el pregón que ofreció el sábado en la iglesia de Santa María La Mayor al que precedió la interpretación de las marchas procesiones correspondientes a las cofradías y hermandades con sede canóniga en esta.
“Jesús es universal, revolucionó la historia con su mensaje de ausencia de egoísmo y vino a liberarnos con su muerte y resurrección”, dijo a los asistentes, a los que añadió, “este mensaje, viene a darnos esperanza, un camino hacia la felicidad y en búsqueda de la integridad de la persona frente la concepción de vida actual en la que se considera a la persona por su posición, poder, prestigio y éxito económico antes que por su propia dignidad”. “Una concepción de vida que no armoniza con la doctrina cristiana”, precisó.
Por eso, concluyó, “debemos vivir siempre conforme al mensaje cristiano y no quedarnos en el costumbrismo; regenerar la sociedad y defender con más ahínco sentimientos y aspiraciones como tolerancia, honradez y solidaridad a los más necesitados; a los cofrades –prosiguió- nos corresponde alentar las brasas para mantener viva la llama del mensaje de Jesús”.
El seglar Álvarez del Manzano, con reconocido sentimiento cofrade, recordó igualmente que la Semana Santa deja un ambiente con un “enriquecedor contenido religioso” que además se plasma en esculturas, pinturas y poemas que recogen momentos culminantes del sacrificio de Jesús y que recorren las calles de las ciudades españolas. En Daimiel, ensalzó pasos, cofradías y hermandades. Hizo una semblanza de cada una de ellas, destacando su cronología. “Un esplendor –argumentó- enraizado a costumbres y tallas”.
Antes, valoró las inquietudes de la Junta de Hermandades por hacer llegar el mensaje a los “modos de vida de hoy en día”.
El madrileño de adopción, andaluz de nacimiento, consideró que la “Semana Santa cumple una función importante, ser un alto en el camino donde se haga compatible el descanso con la veneración de imágenes que representan escenas de la Pasión”. Un binomio donde “Pasión y espectáculo, fe profunda y afán exhibicionista; fieles y curiosos se concentran en los templos”. Para Álvarez del Manzano “los hechos que conmemoramos carecen de valor y significado si no se cree en el gran misterio de Cristo”, ultimó.
José María Álvarez del Manzano llegó a Daimiel en la tarde del sábado donde inauguró la exposición de dibujos infantiles que organiza la Junta de Hermandades y que permanece estos días en el centro pastoral Josefinas. Le acompañó el deán de la catedral de la Almudena de Madrid, Antonio Astillero, quien, a la postre, se encargó de presentarle en la iglesia de Santa María la Mayor. En su alocución, destacó los méritos del laico y repasó la trayectoria profesional que le avala. De él, reseñó, “destaca su carácter humano, preparación, coherencia con su fe y ser un católico convencido”.