Han venido encajeras de diferentes puntos de Extremadura, Andalucía, Madrid y Castilla La Mancha. Todas las participantes recibieron diferentes obsequios donados por el Ayuntamiento y un diploma de reconocimiento y gratitud por haber asistido.
La encajera Serafina Castro de 87 años de edad y de Puertollano, junto a Paula Toril de 7 años de Villanueva de Córdoba fueron las dos personas distinguidas con sendos regalos por ser las encajeras de mayor y menor edad, respectivamente que asistían a la convocatoria. Otros niños y niñas fueron también agasajados por la organización.
La relajación, la concentración, y la agilidad visual y corporal son solo algunas de las ventajas que ofrece la práctica de los encajes de bolillos. Hacer bolillos es una terapia conveniente para matar el estrés. Según los expertos, esta afición del encaje requiere un gran nivel de concentración y agilidad mental. Incluso está recomendada su práctica tanto a enfermos de Alzheimer como a adolescentes con hiperactividad.
Maravillosa foto. Las generaciones. La paciencia de la más mayo y curiosidad de la.mas joven. Muy bonita foto