El doctor Ramón Vila, cirujano jefe de la Plaza de Toros de La Maestranza de Sevilla, pronunció en Manzanares (Ciudad Real) una interesante conferencia sobre “El dolor en el toreo” en la que reclamó más medios sanitarios en los festejos taurinos. Dijo que una sola UVI Móvil no es suficiente, que debería ir también una ambulancia de transporte, y que entre el personal médico debe haber un anestesista.
El público que asistió en la biblioteca municipal “Lope de Vega” a la conferencia del doctor Vila, organizada por la empresa “Torosanda” -que gestiona la plaza de la localidad-, disfrutó de la sabiduría, espontaneidad y campechanía del cirujano que desde 1978 dirige la enfermería de La Maestranza. Ramón Vila Giménez, considerado por los toreros como un “Ángel de la guarda”, narró anécdotas y, apoyado en numerosas diapositivas, explicó los tipos de dolor que encontramos en el toreo.
Basado en la definición de dolor que da la Real Academia, distinguió entre el dolor psíquico o “del alma”, el físico y el moral. El que a él concierne como cirujano es el segundo. Dijo que los toreros responden ante el dolor de una cornada de forma diferente al provocado por otras causas. También ironizó sobre cómo un torero se repone ante una cogida y cómo un futbolista debe ser retirado en camilla por un pequeño golpe.
El doctor Vila explicó las características de una herida por asta de toro, que suele tener una puerta de entrada y varias trayectorias, así como poca hemorragia inicial salvo en daños vasculares. Añadió que inicialmente suele producir poco dolor ya que el asta quema a su paso.
También analizó cómo es la embestida del toro, de una fuerza brutal que llega desde los cuartos traseros. Por ello dijo que teme más las cogidas de los toreros artistas que citan de lejos que las de los que se acercan a los pitones. “Los de arte tienen pocas cogidas, pero gordas, y los valientes muchos golpes pero pocas cornadas”, afirmó.
Ramón Vila también habló del dolor que sienten los propios cirujanos, como cuando un toro saltó la barrera y le golpeó en el burladero del equipo médico, o cuando no pudieron hacer nada por salvar las vidas de Manolo Montoliú y de Ramón Soto Vargas en 1992, que murieron en el acto tras recibir sendas cornadas en el corazón. Dijo que fueron los momentos más dolorosos de su carrera.
En contraposición, destaca que pudieran salvar la vida al joven Curro Díaz en 2004, o el pasado 2010 a los banderilleros Luis Mariscal y Jesús Rasero Márquez. La actuación llevada a cabo en los primeros segundos fue vital para profesionales que prácticamente entraron muertos a la enfermería.
El doctor Vila dijo que tuvieron que morir Paquirri y El Yiyo para que la Administración Pública revisara las enfermerías. Explicó que normalmente hay buena asistencia, aunque personalmente cree que no es suficiente con una sola UVI Móvil y que debería ir además una ambulancia de transporte así como un anestesista en el equipo médico ante la importancia de esos primeros minutos. De hecho, el equipo médico de La Maestranza está duplicado.
Durante la conferencia, que terminó con preguntas del público, Ramón Vila dijo que el toreo es un arte porque reúne todo lo que define las artes. Si el cine está considerado el séptimo arte, tras la arquitectura, la escultura, la pintura, la música, la poesía y la danza, el toreo bien podría ser el octavo arte.
El gerente de la empresa “Torosanda”, José María Rodríguez, agradeció a Ramón Vila su disposición por estar en Manzanares, una ciudad que el cirujano dijo es reconocida como muy taurina. Rodríguez dijo que tras presentar el año pasado una feria con grandes carteles, que intentarán superar este año, su objetivo de trabajo y seriedad en pro del fomento y promoción de la fiesta les ha llevado a preparar estas jornadas taurinas. “Qué mejor que iniciarlas con el número uno del escalafón en conferencias taurinas, D. Ramón Vila”, añadió.