Ni Don Quijote, ni Sancho Panza ni Dulcinea se han querido perder este festival de divulgación de la astronomía y la cultura, que ya va por su cuarta edición.
Anoche, el ingenioso hidalgo y su fiel escudero junto a la hermosa Dulcinea, contaron a los vecinos algunas de las aventuras han vivido por estas sierras, llenas de brujas, trasgos y otros seres mágicos, y que junto a campesinos y monjes hicieron vivir a los presentes una velada mágica.
Un público entregado les brindó una ovación de gala más que merecida, cuando ambos se despidieron para seguir buscando aventuras, como corresponde a todo buen caballero andante.