Repsol Puertollano y UCLM apuestan por el talento joven con un programa de prácticas

Impulsar el talento joven, contribuyendo al desarrollo tecnológico e industrial de Castilla-La Mancha, es el objetivo fundamental de la colaboración entre Repsol y la Universidad regional. El Complejo Industrial de Repsol en Puertollano y la institución académica trabajan cada curso escolar como aliados para formar a los mejores profesionales del sector industrial, incrementando la empleabilidad de los jóvenes titulados que salen de sus aulas.

La empresa aporta la parte práctica de esa formación a través de varias modalidades de becas: las becas curriculares de verano y las becas ‘Talent Energy’. Las primeras, tienen una duración de dos meses y forman parte de los convenios de colaboración que Repsol tiene con varias universidades del país. Las segundas, están dirigidas a recién titulados y a alumnos de máster, para el desarrollo de seis meses de prácticas remuneradas, facilitando así su acceso a una carrera profesional en Repsol.

En el Complejo Industrial de Repsol en Puertollano, catorce alumnos de la Universidad de Castilla-La Mancha inician estos días sus prácticas a través de las cuales reciben formación específica, tutorización personalizada y participan en buena parte de los proyectos que se están desarrollando en el centro industrial.

El director del Complejo Industrial de Repsol en Puertollano, Arsenio Salvador, junto con el director de Fiabilidad y Mantenimiento del complejo, Rafael Quesada, el director de Servicios, Programación y Logística del centro, Eloy Pareja y el jefe de Mantenimiento de la factoría de Repsol Lubricantes y Especialidades (RLESA) en Puertollano, Víctor Hidalgo y los representantes de la Universidad de Castilla-La Mancha, Manuel Rodrigo, decano de la Facultad de Ciencias y Tecnologías Químicas de Ciudad Real (FCYTQ), acompañado por María Jesús Ramos, vicedecana de Calidad y Mejora de FCYTQ de la UCLM y Gemma Herranz, subdirectora de Ordenación Académica de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial (ETSII) de la Universidad regional en Ciudad Real, han mantenido un encuentro con estos estudiantes universitarios en el que han compartido reflexiones sobre la importancia de la formación para incrementar las oportunidades profesionales de los jóvenes e impulsar el desarrollo socioeconómico, industrial y tecnológico de Castilla-La Mancha.

Arsenio Salvador, ha animado a los estudiantes a avanzar en su desarrollo académico, a tener altas expectativas de su formación y a sacar partido a las prácticas en un momento único de transformación industrial en el que Repsol se está apoyando en la innovación, la tecnología y la apuesta por nuevos procesos de producción y nuevos vectores energéticos. La Universidad, ha dicho el director del Complejo Industrial, “es un aliado indispensable en ese proceso de transición hacia un escenario industrial y energético distinto al actual” en el que se está trabajando en la descarbonización de los procesos industriales y la generación de productos con menor huella de carbono.

En este sentido, Repsol necesita de los mejores profesionales y “la Universidad de Castilla-La Mancha – ha asegurado Arsenio Salvador – es un vivero de talento de excelencia” y el Complejo Industrial de Puertollano el mejor sitio para los jóvenes titulados de la región que cuentan con una alta capacitación técnica y académica.

Por su parte, el decano de la Facultad de Ciencias y Tecnologías Químicas de Ciudad Real, Manuel Rodrigo, ha destacado como uno de los valores fundamentales de la colaboración entre universidad y empresa la transferencia de conocimiento. Según Manuel Rodrigo, “este programa nos permite conocer las necesidades que tiene una gran empresa para formar a nuestros estudiantes”, actualizando contenidos curriculares. El objetivo de la Universidad regional, ha dicho el decano, es “dotar a las empresas de los mejores profesionales para cumplir el objetivo último que tenemos que es servir a la sociedad”.

“Para nosotros – ha añadido el representante académico – es tremendamente motivador ver que los profesionales que formamos hace años están formando hoy a nuestros jóvenes estudiantes” por lo que definió la relación entre Repsol y la UCLM como una “relación sinérgica vital”.

Finalmente, la subdirectora de Ordenación Académica de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de Ciudad Real, Gemma Herranz ha asegurado que “somos claramente aliados en el objetivo de ofrecer formación puntera desde la universidad y experiencia profesional de primer nivel desde Repsol”. En este sentido ha destacado la oportunidad única que suponen estas becas para los alumnos del máster, para que “sean capaces de desplegar todas sus capacidades profesionales, cerca de sus familias y apostando por un desarrollo y un impacto tecnológico en su propia región contribuyendo así, de manera directa al cambio de la sociedad”.

Profesionales con experiencia

Durante este encuentro, los becarios han tenido ocasión de compartir experiencias con varios profesionales del Complejo Industrial de Puertollano que, durante sus estudios en la Universidad de Castilla-La Mancha, también realizaron prácticas en Repsol en diferentes modalidades.

Carlos Trujillo, gerente de la planta de Polioles, estudió Ingeniería Química. Casi una década después es el máximo responsable de la planta donde llevó a cabo sus primeras prácticas universitarias el verano antes de graduarse. Hoy, dentro de sus responsabilidades, dirige una de las unidades más innovadoras del Complejo Industrial de Repsol en Puertollano, la planta de recuperación de espumas de colchones, la única de estas características de la Península Ibérica.

Esta primera experiencia con el sector industrial le sirvió para tener amplitud de miras: “te das cuenta de todo lo que puede abarcar la química y la ingeniería, de que tienes oportunidades de desarrollo profesional en muchas especialidades, en departamentos de procesos, de mantenimiento, de producción…”. Por eso, ha animado a los jóvenes estudiantes, “que pregunten, que alcen la mano, que se impliquen en los proyectos, en las iniciativas que tengan por delante” y que “confíen en las personas que les están ayudando, porque esos profesionales que son sus tutores, podrán ser sus compañeros en el futuro”.

En este sentido ha coincidido Nuria Gómez, titulada en Ingeniería Química, “tenéis que preguntar, no hay ninguna idea mala, todas las aportaciones son bienvenidas”. De sus prácticas de verano ha destacado, sobre todo, el sentimiento de pertenencia que percibió desde el principio, “fue increíble formar parte de un engranaje preciso, de formar parte del equipo desde el primer día”. Para ella, que lleva buena parte de su carrera profesional en un departamento transversal como Medioambiente, lo fundamental que deben hacer los nuevos becarios es “moverse, salir a planta, aprovechar la ocasión de salir a ver hierros, con la mente abierta y sin clichés preconcebidos”. En su opinión, “nunca deben tener miedo a seguir progresando”.

En opinión de Fernando Molero, ingeniero industrial, esa participación a la que se refieren sus compañeros es “fundamental”. La oportunidad que tienes de “estar dentro de las plantas, viendo los equipos, las instalaciones, preguntando todo aquello que desconoces, te lleva a un conocimiento técnico muy especializado, en un entorno industrial que es un único”. Los alumnos que hoy participan en este programa de prácticas se encuentran además en un momento crucial: “cuando yo entré – ha contado Fernando – no podía imaginar que estaría trabajando en una planta que va a ser única en España, con un producto que muy pocos son capaces de fabricar y que va a situar a Puertollano en la vanguardia”. En este caso, Molero forma parte del equipo de profesionales que trabajan en la construcción de la planta de polietileno de ultra alto peso molecular, un super polímero por su alta capacidad de dureza y resistencia.

La transformación industrial precisamente está suponiendo el desarrollo de proyectos de alto impacto, con cuantiosas inversiones en tecnología y que, en el caso de Repsol, supone avanzar en objetivos estratégicos orientados a transformar sus centros industriales en polos multienergéticos capaces de generar productos de menor huella de carbono. Para eso, es necesario el talento de jóvenes profesionales como Alberto García-Fogueda, ingeniero industrial de la Universidad de Castilla-La Mancha que en 2022 participó en el programa de becas Talent Energy de Repsol.

Desde 2023, ocupa la posición de técnico en el área de Optimización y Automatización en Puertollano, pero sin duda, destaca como una experiencia única su participación en la puesta en marcha de la primera planta de combustibles renovables que Repsol ha construido en el Complejo Industrial de Cartagena. Esta experiencia “para mí única”, ha asegurado, le sirve para dar un consejo a los estudiantes: “que aprovechen el tiempo y se involucren en todos los proyectos que puedan durante su estancia de prácticas, así es como he aprendido más sobre todo el proceso que se realiza en el complejo industrial, son proyectos que están a la vanguardia tecnológica, lo que les va a servir para ser especialistas en un campo que acaba de empezar, dándoles un buen posicionamiento a nivel laboral”.

Para su compañera de promoción, aunque en Ingeniería Química, Cristina García la combinación de formación teórica en la universidad y la práctica en la empresa es un método infalible para conocer realmente “la importancia que tiene la ingeniería química en un centro industrial, la importancia que tiene seguir formándote para comprender tu especialidad en su conjunto, es una mezcla necesaria para que tu visión sea más amplia y esté más orientada a tu carrera profesional”. Durante su primer año en Repsol ha vivido muy de cerca la parada del esquema de Conversión 2024, la mayor parada de la historia del Complejo Industrial de Puertollano.

En este sentido es ilusionante ver cómo los proyectos se hacen realidad, “cómo funciona el equipo, con qué disciplina y motivación, todos juntos trabajando intensamente en mejorar la eficiencia energética, y la seguridad en muchos equipos y unidades” ha explicado.

Aportar la visión una generación

Durante el encuentro los jóvenes estudiantes han compartido también sus expectativas y sus inquietudes. Para Raúl Castellanos, estudiante del Máster en Ingeniería Industrial y titular de una beca ‘Talent Energy’, como generación “tenemos la responsabilidad de dar nuestra visión y nuestro enfoque, de aportar lo mejor de nosotros mismos a este sector que se está desarrollando y que está innovando tanto”. Por eso, las prácticas, “son una oportunidad para mejorar como futuros profesionales y a la vez, colaborar en la mejorar el sector”.

Para su compañera Tamara Martín, este es el segundo año consecutivo de prácticas de verano como estudiante de Ingeniería Química. Ya le han servido de mucho, ha comentado, “porque me he dado cuenta de que había elegido muy bien mi carrera ya que me está permitiendo reconocer una planta, cómo funciona la industria petroquímica y tener la oportunidad de estar aquí otra vez, para mí supone mejorar mucho esa formación y ser parte del equipo desde el primer momento”.

En el caso de Iván López, estudiante del Máster en Ingeniería Industrial, el programa de becas Talent Energy es una “gran oportunidad que nos sirve a todos, a nosotros para orientar nuestra carrera profesional y mejorar nuestra formación, a la universidad porque ofrece a sus estudiantes salidas que otras universidades no tienen tan cerca como es el poder hacer prácticas en el complejo industrial y para Repsol, porque creo que podemos aportar nuestras ganas y nuestro compromiso”.

Así se ha mostrado Elena Araque, estudiante del Máster en Ingeniería Química, que también participa en el programa de becas Talent Energy. “Creo que nosotros – ha asegurado refiriéndose a sus compañeros – tenemos que aportar nuestra ilusión, nuestras ideas y nuestras ganas de aprender, queremos aportar esa pequeña chispa al equipo Repsol”. Esta experiencia se trata, han asegurado, de llevar a cabo un recorrido académico y profesional de excelencia, sin tener que renunciar a nada y en un territorio cercano, en el que esperan contribuir como profesionales capaces de impulsar el desarrollo económico, tecnológico e industrial de Castilla-La Mancha.

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