El ex presidente de Caja Castilla La Mancha (CCM), Juan Pedro Hernández Moltó, compareció ayer en la Audiencia Nacional como imputado por los presuntos delitos de administración desleal, estafa y falsedad contable que, entre otros factores, pudieron conducir a la intervención y posterior desaparición de CCM. A la salida de los tribunales, Moltó aseguró sentirse muy “satisfecho”. Para él, lo acaecido fue una cuestión política, la caja “iba bien” y, por añadidura, él sólo ejercía funciones “representativas”.
Según informan diversas agencias, Moltó negó cualquier responsabilidad sobre lo sucedido en la caja. Así, quien fuera máximo responsable de CCM declaró ante el magistrado que todas las operaciones de la entidad fueron avaladas por el comité de riesgos y por el consejo de administración.
Moltó, cuyo abogado pide el sobreseimiento de la causa, aseguró todo lo acaecido respondió a “cuestiones políticas”, que la entidad “iba bien” y que, por añadidura, él sólo ejercía “funciones respresentativas” y no ejecutivas.
Consecuentemente, entre otros asuntos, negó que tuviera responsabilidad alguna ni en la concentración de riesgos de CCM ni en la concesión de supuestos créditos irregulares concedidos a empresarios como Domingo Díaz de Mera, Ignacio Barco, o Román Sanahuja. Sí, reconoció, sin embargo, que la inversión en el Aeropuerto de Ciudad real fue “negativa”.
Hernández Moltó comenzó así su defensa ante la denuncia que en su momento cursaron contra él seis componentes de la asamblea de CCM pertenecientes al PP bajo las acusaciones de administración desleal, estafa y falsedad contable. Ildefonso Ortega, ex director general de CCM, compareció ayer también.
El juez estimó que los 7.100 millones de euros que fueron necesarios para reflotar a la entidad ponen de manifiesto “la enorme magnitud y trascendencia de los hechos denunciados para la economía nacional y la seguridad mercantil”.