Erase una vez un sinvergüenza que decía que hacía negocios sucios con un Ayuntamiento. Había unos responsables en ese Ayuntamiento, (presuntos sinvergüenzas, según el sinvergüenza confeso), que le debían 400.000 euros, que no sabemos de que, ¿tal vez de algunos otros chanchullos?.
Llego un día que el sinvergüenza confeso, dice que o le pagan o tira de la manta, al parecer no le pagan y tira de ella, ¿ y que resulta?, pues que en su tirada de manta, deja al descubierto, presuntamente claro, las miserias de veinticinco ediles, que unos por acción y otros por omisión de no haberse enterado de nada, con sus acciones, presuntas, abonan el desencanto de la ciudadanía con sus políticos.
En todo esto, unos ediles se defendían, y otros, en lugar de avergonzarse por no haber hecho la tarea de control, encomendada como oposición, sacaban pecho, al rebufo de un caradura que hacía negocios sucios y que había tenido que denunciar porque no le pagaban mas negocios sucios, supuestamente.
Y con todos estos mimbres, negaciones de unos, afirmación de otro y acusaciones del resto, con el paso del tiempo, nos presentaremos en la primavera del año próximo, sin probar ni lo uno ni lo otro, nos encontraremos con unas elecciones municipales en las que seguiremos votando a los mismos, después de asistir en el tiempo a reproches y argumentos tan profundos y manidos como el “tu mas” y nos presentaremos a unas elecciones donde luego todos unos y otros pedirán que los ciudadanos/as no se queden en sus casas y voten. Por supuesto yo también lo digo, no quedarse en casa, ir a las urnas con otra idea distinta, votar distinto, a gente distinta, a opciones distintas, lo que hay ya lo sabemos, a los que les guste que sigan votándolos, siempre lo digo, en democracia tenemos lo que nos merecemos, salvo que creo que los ciudadanos nos merecemos mas.
Me temo que este cuento no acabará ganando el bueno, eso sí, el lobo como siempre se comerá al cordero, salvo que los ciudadanos/as nos presentemos a las urnas con la piel del lobo devorando a dentelladas democráticas, a quien se ríe de nosotros/as.
