La directora del Festival de Teatro Clásico de Almagro, Irene Pardo, ha atendido en entrevista a Europa Press a pocos días del corte de cinta de la edición número 47 de la propuesta cultural más icónica de La Mancha, repasando cómo tras una primera edición en la que recogió el testigo «con mucho respeto y mucha admiración» por el recorrido de esta histórica cita y apuntado que su recorrido ha de seguir mirando al futuro e «ir caminando adaptándose a los tiempos».
Es en ese caminar en el que fija su objetivo de «expandir el festival en el tiempo y en el espacio», al tiempo que se incorpora «la creación emergente» y se restituye el protagonismo de las autoras.
Ampliar el foco y dar por fin su merecido espacio a las protagonistas femeninas sigue apareciendo en la carta de servicios del festival, que este año girará en torno al eje transversal de las mujeres en el Siglo de Oro.
Un papel que va más allá de la propia producción teatral y que rodea a todas las disciplinas necesarias para que una obra sea representada. «Que poco se habla de que quien estaba en la imprenta donde imprimió Cervantes era una mujer».
«Hay que desarticular la idea de que no había mujeres. Una idea ridícula que es asombroso que haya pasado por verdadera en la historia. Las había y muchas. Nuestro obligación es restituir la historia mientras la vayamos conociendo, esa historia de todas esas mujeres. Por justicia y por placer», remata al respecto.
Parafraseando en este punto a la gran Lola Herrera, ha dicho que los derechos de las mujeres están tan en peligro que hay que estar en permanente alerta, una alerta que ha de ser «alegre, positiva y constructiva».
Unos objetivos que ya empezaron a cristalizar en lo que fue la primera edición con ella a los mandos, y en la que «ya se comenzaron a dar los pasos».
PLATAFORMA CORRAL
Ahora con más tiempo para poner en marcha la edición número 47 y con el bagaje del éxito del pasado año, en esta entrega se estrenará, como una de las novedades, la Plataforma Corral para dar cabida y visibilidad a las compañías emergentes, que tendrán la oportunidad de subirse a las tablas del Corral de Comedias, algo que a los jóvenes actores «les va a marcar para toda la vida».
Una experiencia que «tiene que ver con lo intelectual, con lo literario, con lo escénico, pero también con lo emocional».
Se apuntalan en este verano igualmente otros proyectos ya iniciados como Encaje Almagro o Almagro Off, con propuestas «verdaderamente arriesgadas en el sentido más bonito y positivo del riesgo», tal y como defiende la directora.
«Vamos a disfrutar mucho de la mirada de nuevos creadores que sienten que lo clásico les interpela, y en este sentido hemos conseguido fortalecer su acercamiento», ha apuntado.
Los avances en la icónica cita estival se ensanchan en otros aspectos como la iniciativa ‘Conectados al Siglo de Oro’, que duplica número de alumnos y que podrán ver los ensayos de la Compañía Nacional.
Acercar actores y alumnos es otro de los sueños de Irene Pardo como directora del festival, un acercamiento del Siglo de Oro que también hace extensivo a los más pequeños con propuestas como ‘Barroco Infantil’, que sacará la escena a la calle ampliando el foco a una disciplina como el circo, a la que tiene «un amor especial» por representar valores de «compañerismo, lealtad y confianza», pero también «el valor de fracasar con alegría».
«En este mundo en el que parece que el éxito es el único valor, que el número de ‘likes’ es lo más importante que te puedes llevar, aprender que el fracaso forma parte de la vida y que hay que vivirlo con naturalidad y de manera orgánica y sin dramatismo, es algo también muy importante», asiente en este sentido.
COMARCA CÓMPLICE
Irene Pardo y Almagro y su comarca se dieron la mano el año pasado en una relación bidireccional que la directora define de «complicidad» entre ambos actores, y más allá, con todas las instituciones.
Tras un continuo proceso de escucha de la dirección del festival, se recogen propuestas de todos los sectores, desde hosteleros a comerciantes para hacer «un festival para todos».
Todos estos mimbres utiliza la directora del festival en su objetivo de consolidar una programación entendida como «un mosaico de experiencias lleno de piezas diferentes».
Mosaico que permite al espectador «disfrutar de siete espectáculos en un solo fin de semana», desde funciones en japonés, con una gestualidad genuina y diferente a lo que el público está acostumbrado; hasta pases llegados de Málaga.
Encaje de bolillos, gastronomía, una visita arquitectónica, circo o música electrónica, junto a experiencias inmersivas, completan una programación de nuevo innovadora y que plagará de arte las calles de almagro durante todo el mes de julio.
«OJALÁ SE LLENEN LOS ESPECTÁCULOS»
Pardo ansía convencer con la programación de esta su segunda edición y desea que se llenen todos los espectáculos, tras conseguir que 55.000 personas desfilaran por los distintos escenarios de la ciudad.
«Nada es más satisfactorio que hacer una programación que llame la atención, que genere interés y que asista todo el mundo. También sería un soporte económico y eso hay que tenerlo en cuenta, y genera además una auténtica comunidad cultural», añade al respecto.
Y todo en un mes de verano en el que Almagro «compite con muchas actividades culturales», pero cuenta con el as en la manga de ser, más allá de una experiencia, un «viaje en el tiempo».
«Voy a contarte una cosa. Aquí nadie pregunta cuándo empieza el festival, pregunta ‘cuándo empieza el teatro’ o si ‘han venido ya los del teatro’. Y en Madrid, en el universo teatrero, nadie habla de festival. Habla de Almagro, y todo el mundo sabe lo que es. Venir a Almagro te mete en un club cultural, te hace formar parte de una comunidad. Y yo ya soy Almagro, pero el carnet de Almagro se consigue día a a día», agrega la directora del Festival en conversación con Europa Press.
SOÑANDO SU LEGADO
Irene Pardo, que terminará de gestionar su lustro en Almagro cumpliendo ex aequo con el festival medio siglo de vida, ha mostrado su deseo de que el legado que deje la persona que la suceda sea la «relación profunda e íntima» que se está labrando entre el festival y el territorio.
«Me encantaría que quedara esta relación entre las instituciones y el tejido que pivota alrededor, que sigan siendo cómplices, que sientan que hay escucha activa para acoger proyectos», ha reivindicado.
Apuntalar relaciones entre Almagro y su entorno y «extenderlas, fortalecerlas» para hacer del Corral el «centro neurálgico del teatro clásico» una vez al año.
«Estamos felices y con un equipo entregado. Por vos he de morir y por vos muero, y esta es la declaración de amor que tenemos con el festival», ha rematado parafraseando a Garcilaso.