El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha indicado en declaraciones a los medios desde la XXX sesión plenaria de la Asamblea de Regiones Europeas Vitícolas (AREV) que ya es el momento de que la Comunidad Autónoma ceda la Presidencia de este órgano para afrontar una renovación.
Desde la ciudad rumana de Iasi, ha considerado que «ha llegado el momento», e incluso ya ha hablado con presidentes de regiones alemanas o francesas «para que asuman esa Presidencia».
«Es que es un honor inmenso que prácticamente todo el mundo haya planteado que Castilla-La Mancha siga liderando la organización, pero creo que es el de ir abriendo paso», ha apuntado, invitando a que entre en la organización «una nueva energía para afrontar la nueva etapa que se abre, que tendrá que producir cambios en la política agraria, que tendrá que buscar un mayor equilibrio entre la sostenibilidad y también la sostenibilidad económica, la ambiental y la económica».
BALANCE POSITIVO
El Gobierno regional ha enumerado los logros que ha conseguido Castilla-La Mancha desde que el jefe del Ejecutivo autonómico, Emiliano García-Page, asumió la Presidencia de la Asamblea de Regiones Europeas Vitícolas (AREV) en 2017, entre los que están «la reorganización de todo el funcionamiento, la estabilización de las cuentas y el traslado de su oficina a Bruselas, donde se toman las decisiones».
Con estas palabras lo ha subrayado el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Julián Martínez Lizán, dejando claro que en todos estos años, «se ha establecido una seriedad a la hora de transmitir una necesidad, en torno a un cultivo importante por la repercusión que tiene para nuestra región, y también para todos esos países que producen viñedo», una labor que ha calificado de «fundamental».
Respecto a la reunión del Consejo Europeo Profesional del Vino (CEPV) de la AREV desarrollada con la presencia de ocho países, Rumanía, Austria, Francia, Alemania, Bélgica, Portugal, Luxemburgo, República Checa y España, el consejero ha informado de que se han bordado diferentes asuntos.
Entre ellos, ha citado la aceptación la semana pasada por parte del Comisario de Agricultura, de la petición de la AREV, junto con entidades europeas de todos los eslabones del sector vitivinícola, de crear un Grupo de Alto Nivel en el seno de la Unión Europea, con el fin de analizar el futuro de la viticultura europea y, en especial, oír sus opiniones de cara a la próxima revisión de la PAC. Su finalidad es «abordar las cuestiones que hay que debatir y regular para garantizar la continuidad del sector», ha dicho.
Además, el consejero ha citado el abordaje de cuestiones relacionadas con la protección del cultivo en cuanto a aspectos sanitarios de protección contra plagas y enfermedades.
Al respecto se ha abordado el Estudio Parsada, un plan de acción estratégico «que viene a hablar de la dificultad que puede haber en la retirada en el futuro de productos fitosanitarios que en este momento están apoyando al agricultor para garantizar sus producciones».
También se ha visto la necesidad de preparar una resolución, en previsión de que pudiera reactivarse en el futuro la propuesta, que ya retiró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de la prohibición del 50% de sanitarios de aquí al 2030. «En estos momentos no está sobre la mesa, pero sí se quiere fijar una posición clara y contundente de la AREV para que esté garantizada la continuidad del cultivo, por la protección que muchas veces, necesariamente, hay que hacerle a causa de la afección que pueden tener de plagas y enfermedades», ha dicho el consejero.
Otra cuestión que ha surgido ha sido la utilización del fosfonato de potasio, «algo que tenemos que regular, que tienen que autorizarse nuevas materias activas, para su utilización en agricultura ecológica, una agricultura que se está imponiendo cada vez más, y que es necesario abordar, y también apoyar»: Por último, Julián Martínez Litán ha destacado que se han abordado otras cuestiones como la importancia de dar el valor al viñedo, en especial el familiar y el papel que juega, no solo en el tejido socioeconómico, sino también medioambiental y cultural; las nuevas técnicas genómicas como alternativa para obtener variedades de una manera no transgénica, que sean más resistentes no solo a plagas, sino también a la falta de agua, bien cada vez más escaso cuyo uso hay que optimizar y por último la agricultura inteligente, aplicada a la viticultura.