Si usted examina con detenimiento la cartelera de espectáculos, nacional o regional, detectará la presencia de musicales, no tanto por la abundancia de éstos sino por el tirón que tienen entre el público, tal vez debido a la magia que resulta de combinar texto dramático, partitura, vestuario, iluminación y escenografía. Un musical es como una película de carne y hueso con la diferencia de que sobre las tablas una función jamás se parece a la anterior.
Por eso suelen tener éxito y el público se muestra generoso en taquilla. Sin embargo, si usted sigue examinando con detenimiento se percatará que los musicales que vienen son todos de importación: en España no se crean musicales. Así de claro. Un musical-musical es un espectáculo concebido originalmente tanto en libreto como en partitura que es como han nacido los grandes títulos que jalonan la historia del Musical (Cats, Jesucristo Superstar, Cabaret, El Diluvio que viene, el Fantasma de la Opera y un largo etc). El otro modo de incurrir en el género, aunque el resultado pueda resultar vistoso (todo musical lo es), no deja de ser una pequeña trampa: el recurso a canciones exitosas que se compusieron de manera ajena a la finalidad de aparecer en un musical, pero que reunidas para dar cobertura a un mínimo texto, conforman un espectáculo agradecido. Este es el caso de los pseudomusicales en España. A rebufo del nuevo renacimiento del género hace unos años las canciones de Meccano, el Dúo Dinámico, y otros títulos de éxito en los 80 sirvieron de cebo para otros tantos espectáculos (Hoy no me puedo levantar, El otro lado de la cama, etc). Cuando la fórmula es la ortodoxa la escena española tira de títulos de Brodway o Londres, que es mucho más cómodo que crear, escribir y componer un musical (libreto y música específica inédita para ese libreto).
Se preguntarán a cuento de qué viene esto. Pues se lo explico. Por dos razones. La primera porque ya ha llegado a España el musical Avenida Q, un nuevo musical creado a la manera ortodoxa (texto y partitura) que narra los avatares de un joven que llega a Nueva York para encontrar su hueco bajo el sol, y en su peripecia se mezcla tanto con personas de carne y hueso como con personajes en plan teleñecos. Tiene muy buena pinta. Y la segunda, porque Avenida Q reafirma la absoluta pobreza creativa que hay en España a la hora de afrontar un musical y con ello certifica lo que queda dicho más arriba. Y la segunda razón, un poco impudorosa por mi parte, lo reconozco, es que si usted sigue rebuscando con un poco más de insistencia a lo mejor descubre el musical Plinio y la banda menguante, creado, escrito, compuesto y coproducido a la mitad por Still Noise Producciones Escénicas, con otras instituciones como los ayuntamientos de Tomelloso, Puertollano, Ciudad Real y Caja Rural. Un musical me ha llevado a otro. De Avenida Q he venido a parar a Plinio y la banda menguante, criatura de Still Noise, productora que comparto con mi alter ego, Augusto Guzmán Sil. Salvando las distancias entre un espectáculo y otro, sí al menos comparten una cosa: que ambos son musicales como mandan los cánones. Excepto el personaje Plinio, producto del talento del escritor Francisco García Pavón, el musical de Still Noise partió de una idea original en cuanto a historia y de una partitura compuesta exclusivamente para ese musical. La Junta de Comunidades nos negó el pan y la sal hasta excluyéndolo de la Red de Teatro hasta en tres ocasiones. Les explico por qué: los exquisitos diletantes del sanedrín de la cultura oficial no consideraron que Plinio tenía la suficiente calidad como para figurar en el olimpo de la lista de los girantes. Fue una opinión que respetamos, acatamos, como no puede ser de otra manera, pero que no compartimos hasta el punto de negar la mayor: la sobrada calidad de Plinio para ser representada en los escenarios con absoluta dignidad, y desde luego en los escenarios de la Región. No les cuento esto por desquite, créanme. La experiencia nos descubrió algo asombroso: más allá de la Junta hay vida. Una vida dura, pero la hay. Por eso y merced a otras puertas a las que llamamos y nos abrieron (Diputación de Ciudad Real, CCM, Ayuntamiento de Manzanares, y otras contrataciones libres, en San Blas -Madrid, Esquivias y Torralba) Plinio… puedo girar por Castilla-La Mancha en los años 2008 y 2009. Y si acabamos hasta las cejas y con dificultades al final conseguimos sobrevivir a un espectáculo que se elevó a 140.000 euros, de los cuales la mitad los puso la propia productora. Una cosa es recabar la ayuda pública y privada a un proyecto cultural y otra formar parte de la nómina de cómicos habituales de tan oficiales, como sin duda también descubrirán, si escudriñan un poco. La negativa de la Junta hurtó a decenas de ayuntamientos de la región con los que Still Noise apalabró la contratación en red, llevar el musical autóctono a sus plazas… de momento. Porque la obra ahí está, como La Asamblea Mágica, lista para revivir cuando la ocasión sea propicia. De Avenida Q a Plinio. Pero les confieso. Es solo una excusa. Tenía ganas de decirlo. Plinio fue excluido de la Red de teatro de Castilla-La Mancha por otras razones ajenas a la artística, por más que se empeñe la nómina de diletantes selectores. Catorce funciones, una de ellas en Madrid, presencia en Internet, más de dos mil de espectadores y salir vivos del intento, aunque con trampas, fue todo un éxito moral. Y, por supuesto, seguimos en el intento, porque como dice la sabiduría popular, las personas pasan, los personajes quedan. Basta solo sacarlos del cajón revivirlos con actores y ponerlos al aire para el disfrute del personal. A trazos gruesos esta ha sido la andadura de Plinio a trasmano de Avenida Q. Como es obvio nunca agradeceremos lo suficiente a quienes abrieron las puertas al musical como no le agradeceremos en absoluto a la Junta de Comunidades el ahínco con que cerró la puerta de la Red a un producto autóctono de cierta embergadura. La creatividad, el talento, la resistencia, la locura y la perseverencia son ingredientes con que cuenta Still Noise Producciones Escénicas para descerrajar cualquier obstáculo, mucho más efectivas que la pataleta, a la que nunca hemos recurrido y perdonen la petulancia. En ello seguimos…
Entren en www.myspace.com/elmusicalplinioylabandamenguante o en google. Se dará un entretenido paseo. Hay otras Redes más allá de la red que la red no puede seleccionar, atrapada como está en el clientelismo.