Cooperativistas y agricultores tildan de “ridículo” y de “regalo” el precio que volverá a pagarse por la uva. Desde de la cooperativa “Los Pozos” apuntan a la “comercialización exterior” cómo la única salidad para el sector. Este lunes, a la par que la extensión de la campaña “al cien por cien”, abría sus puertas la Guardería de Vendimia
Si el pistoletazo de salida fue a principio de mes con el inicio de la recogida de la uva en espaldera, en esta segunda de septiembre la campaña de vendimia completará en Daimiel todas sus variantes con la generalización de la viña en vaso. Así, lo hacía constar, el gerente de la cooperativa “Los Pozos”, Paulino García de la Camacha cifrando, entre sus asociados, “un 70% de actividad que llegará al cien por cien en las próximas 48 horas”. En Radio Daimiel, García de la Camacha, tras apuntar que la extinción de la recogida tradicional será una próxima realidad aunque no tan inminente en los cuatro o cinco años venideros, reseñaba que la calidad de fruto este año se aproximará a los valores del 2009 con una media “normal” de 13 ó 13.5 grados en la tinta y de “alrededor” de 11 en la blanca.
En cuanto al precio fijado, en su caso dependiente de la posterior venta de la cooperativa en el mercado, el gerente de “Los Pozos” comentaba que “ahora mismo los agricultores se ven obligados a casi regalar la uva teniendo en cuenta el precio que se paga por el vino”. Valoración que traducida en cifras vendría a ser de “hablando en pesetas, de 2.15 o 2.20 kilogrado, a lo que se sumaría las bonificaciones que cada bodega determine”.
Con estas circunstancias de fondo, García de la Camacha cree “imprescindible” que se apueste por la comercialización exterior ya mientras la producción se mantiene o incluso se aumenta, según las campañas, el precio de los caldos sigue bajando en el mercado nacional. Sobre el posicionamiento de su cooperativa y por extensión de Daimiel en esta apuesta global señalaba que “hasta la fecha seguimos vendiendo prácticamente todo en España por lo que aún nos queda mucho camino por recorrer”.
En el liño
Sobre estos mismos asuntos, se ha pronunciado a pie de cepa el presidente de ASAJA en Daimiel, Ramón Ruiz de la Hermosa, que ha calificado de “ridículo” el precio de la uva “un año más”. Los 0’012 euros que se barajan por kilogrado resultan “insuficientes” para los agricultores que exigen cambios en el sistema vitivinícola de Castilla-La Mancha. “Es una pena que a una cooperativa le lleguen grandes cantidades de uva con la que no se puede hacer ni mosto”, apostillaba a su vez Ruiz de la Hermosa. “Es imprescindible preocuparse por conseguir calidad además de cantidad en la cosecha”, concluía Ruiz de la Hermosa.
La solución, explicaba el responsable de ASAJA, no reside únicamente en el retraso de la campaña de vendimia, además, hay que trabajar por evitar que el agricultor sea “siempre el que sale perdiendo”. Es una “auténtica incongruencia pagar en un restaurante trece euros por una botella de vino que ha costado tres euros”, enfatizaba
“Antiguos-nuevos” jornaleros
Como ya ocurriera en la campaña pasada, se ha producido un “más que notable” descenso de trabajadores inmigrantes que han dado paso a españoles. Jornaleros, sobre todo procedentes del mundo de la construcción, aclaraba Ruiz de la Hermosa, que han vuelto a retomar estas labores después de dejarlas a un lado durante algunos años. Los trabajadores entrevistados, parecen estar contentos con el salario recibido, similar al de años anteriores y que ronda los 50 euros. Lo “complicado”, detallaban, es “agacharse a recoger la uva y ganarse esos 50 euros”. Madrugar por las mañanas, aguantar las agujetas y el calor o reincorporarse después de la comida, son las actividades más temidas por los miembros de esta cuadrilla que después de tres días de trabajo tendrán “corte” hasta finales finales de septiembre o inicios de octubre.
La jornada, que se intenta hacer lo “más amena posible” a través de música, chascarrillos o aperitivos, comienza temprano. A las ocho los componentes de la cuadrilla llegan al plantío y comienzan las labores de recogida. El descanso de media hora llega a las 10:00 horas, desde las 10:30 horas y hasta las 12:00 los trabajadores siguen recolectando uva y a media mañana vuelven a hacer una parada para reponer fuerzas. La comida, preparada por el capataz, se ofrece a las 14:00 horas. Las ocho horas de “duro trabajo” concluye con un “último empujón” desde las 15:30 y hasta las 18:30 horas. Al día siguiente, informaba Ruiz de la Hermosa, “vuelta a empezar”.
Guardería de Vendimia
Este lunes abría sus puertas el Servicio Temporal de Atención a la Infancia. Se trata de una guardería de vendimia que pretende dar respuesta a las necesidades de aquellas familias que vayan a trabajar en la recolección de la uva. El servicio va destinado a niños y niñas de 0 a12 años y se prestará hasta el 8 de octubre durante 12 horas ininterrumpidas (de 7 a 19 horas), a excepción de los fines de semana. El coste de la prestación asciende a 25 euros por toda la campaña, precio que lleva “congelado” desde hace cinco años.
La principal novedad del servicio es que se ofrecerá de forma íntegra en el Albergue Juvenil Municipal tanto para los menores como para los mayores de tres años. Como recalcó la concejal de Bienestar Social, Cristina Maestre en su presentación los menores disfrutan de una atención y cuidado integral, educacional y lúdicamente. “El papel del Ayuntamiento es que no les falte de nada”, dijo. Además al mismo tiempo, “también se persigue evitar sobrecargas familiares, limitaciones con los niños, e incluso, algún tipo de absentismo escolar”.
Esta guardería de vendimia estará atendida por seis cuidadoras y una coordinadora y una maestra, personal que pretende atender a un cupo de acogida de menores de forma temporal que oscilará entre los 30 y 40 menores.