La central, debido a su fácil movilidad, no tendría problema alguno en trasladarse a lugares en los que se registraran catástrofes. Esto solucionaría, aseguraba Ibáñez, problemas como los vividos hace unos años por los apagones en Barcelona. Además de la movilidad de la central piro-eléctrica, la generación de puestos de trabajo que ésta crearía es un punto a tener en cuenta en palabras del ingeniero. “Estaríamos hablando de que la creación de 1 kilovatio-hora saldría a tres de las antiguas pesetas” . Antonio Ibáñez no deja de lado la parte social-humana de este trabajo: “si la energía es barata las empresas serán más competentes y saldremos de la crisis”, asegura.
Esto es posible, entre otras cosas, gracias a lo económico de los principales generadores de esta innovadora energía, los explosivos. Se fabrican cientos de miles de toneladas de explosivos civiles al año, asegura Benjamín Cebrián, especialista en estos materiales que ha trabajado en el proyecto, “están en una cuarta parte del precio del petróleo”. “Cuanto más se usaran para esta aplicación , por economía de escala serían mucho más baratos”. Eso sin comentar, añadía Cebrián, que “muchas veces la OTAN paga por destruir explosivos militares nacionales y se podrían reciclar a coste cero”.
Funcionamiento
La presión generada por la detonación del explosivo desplaza un émbolo que presuriza todo el aire que contiene el cilindro hasta alcanzar los 5.000 bar de presión. Es precisamente esta presión la que llega a los distribuidores y pone en funcionamiento las turbinas donde se genera la energía eléctrica cifrada entre los 100 y los 1.500 megavatios por hora, según Ibáñez. Posteriormente una corriente de agua que es transformada en vapor acciona las turbinas generando más energía.
Procesos de osmosis inversa
No sólo China, Brasil o EE.UU se han interesado por el descubrimiento. También países árabes ven en esta central de energía piro-eléctrica una salida “económica” a los procesos de osmosis inversa que se tienen que realizar en estas zonas para desalar el agua del mar y convertirla en agua consumible. La alternativa, aseguraba el ingeniero, podría utilizarse en regiones españolas como Murcia donde la obtención de un metro cúbico de agua a través del proceso tradicional se sitúa entre las doscientas y trescientas pesetas. Con esto, asegura, “no se llegaría a las 20 pesetas”.
El proyecto, que en septiembre se presentará oficialmente a Iberdrola, EON, y Unión FENOSA, no ha contado, explicaba Antonio Ibáñez, con “suficiente” respaldo económico por parte de entidades bancarias. De este modo la propia empresa, Alba Montecristo, ha sido la encargada de aportar el 95% del dinero frente al 5% restante con el que han contribuido Unicaja y Banco Popular. Aún así, adelantaba el daimieleño, el proyecto podría contar en un futuro con el respaldo de dos “grandes” inversores. Uno de ellos, aseguraba, vinculado al Real Madrid.