Del Rey (incluido) para abajo, todos

Adiós al Estado nación. Un telefonazo desde la capital del Imperio y se acaba con el mecano socialdemócrata que se estaba montando Zapatero a costa del contribuyente. Si yo fuera nacionalista periférico me pondría a revisar la hoja de ruta no fuera que conseguida la independencia me hicieran un bocadillo entre Merkel y Obama que dejara las sustancias y consustancias identitarias más escuálidas que un hueso de jamón de tercera boca. Pero vayamos a lo que toca. Lo más inquietante o emocionante de lo que ha pasado en las últimas semanas es que los Estados están en un proceso de extinción irreversible… de la mano del capitalismo global que de vez en cuando baila con lobos . A merced de una llamada. Todo está trastocado. O muy globalizado. Las grandes compañías, los grandes bancos, las empresas grandes no dudan en recurrir al Estado capitalista para que ejerza de estatalista cuando un niebla volcánica se cierne sobre el espacio aéreo o cuando un proyecto privado necesita de avales públicos para evitar la quiebra.

Apenas unas cuántas horas del anuncio del presidente y ya se visualiza el cotarro. Los de siempre, los paganos; los ricos se escaquean, de momento. Las medidas que el Gobierno quiere tomar para que los ricos-ricos (incluido Bono) paguen más a Hacienda necesitan ser tomadas con prudencia y serenidad. Pues yo estoy de acuerdo con el plan de recortes. Si toca meter tripa para que no nos dañe la hebilla hágase, pero todos: desde Juan Español a Emilio Botín. Y a partir de ahora que se haga un rastreo de microscopio sobre la omnívora administración autonómica y municipal para que se eliminen tantos chocolates del loro que reunirían una megachocolatería de lujo. Y que se tenga en cuenta que una Administración tiene que ser frugal, que el concepto de bienestar no puede ser confundido con el lujito doméstico en forma de regalito con trampa, y que una democracia que se sustenta en la compra del voto y no en la convicción del electorado es una democracia esquizofrénica que lleva al campeón de los derechos sociales a ser el Ironman del recorte de los derechos sociales. Y los sindicatos deberían exigir, en lugar del blindaje funcionarial o amenazar con una huelga, que el Gobierno lance los perros contra las grandes fortunas con la misma celeridad apremiada con que lo ha hecho con la clase media. A lo mejor no es el momento de incrementar la tensión. Pero allá ellos. Uno ha sido fiel a cuántas huelgas generales han convocado los sindicatos, pero igual ahora me lo pienso. Y eso que soy del sector público.¿Qué podemos hacer nosotros por España? Buena frase para abrir boca. Es de suponer, también, que todos los presidentes de autonomía, consejeros y altos cargos autonómicos de uno u otro signo se apliquen el cuento y como ha hecho el Gobierno central se bajen la paga un 15 por ciento; que los vergonzosos cheques-bebés se eliminen de un plumazo porque no son un derecho social sino un lujo caprichoso producto del infame mercadeo del voto. Del tanto tienes, tanto vales, al tanto tienes, tanto pagas. Y el corrupto y el inmoral a la cárcel o a su casa. Que todo el mundo, desde el Rey (incluido) para abajo, se pase por recaudación. Y a otra cosa.

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