Prosigue el tira y afloja entre Repsol Química y sindicatos en Puertollano. Pese a que el desarrollo del Expediente de Regulación de Empleo que se está aplicando «no es para sentirse satisfechos» (ya que durante las últimas semanas las intenciones de la petroquímica pasaban por ampliar el ERE), Comisiones Obreras ve con esperanza el futuro de la empresa en la ciudad minera. El sindicato cree, incluso, que algunas unidades podrían entrar en funcionamiento a lo largo del mes de junio. MICIUDADREAL.ES te cuenta la última hora.
El representante de la sección sindical de CCOO en Repsol Química, Francisco García, ha asegurado a MICIUDADREAL.ES que ve el futuro con cierto optimismo, a tenor de las reuniones que se están manteniendo en Madrid con la empresa.
«Hay contactos para que algunas plantas vuelvan a trabajo a principios y mediados de junio, y los planes de la empresa es que a finales de junio se pueda poner en marcha de nuevo la planta de cracker [en el contexto de los ciclos de paradas anunciados por la compañía]», asegura el enlace sindical, quien cree que se están minimizando los efectos del ERE.
Pero no son momentos para la satisfacción. A pesar de todo, la regulación continúa adelante inexorablemente. Durante este mes de mayo afectará a 54 trabajadores, mientras que en junio le llegará el turno a otra veintena. Desde el sindicato no están contentos con estos datos, pero reconocen que la cosa podría haber sido mucho peor: «La empresa sabe que no estamos satisfechos al cien por cien, ya que pretendemos que el ERE afecte al menor número de trabajadores, pero también hay que reconocer que han hecho un esfuerzo por atender a nuestras peticiones y ceder en algunos aspectos». Y es que, según los datos ofrecidos por García, la empresa había optado por incluir en la regulación a 63 trabajadores por quincena, unas cifras que han sido rebajadas.
Francisco García asegura que «Comisiones Obreras se opuso al ERE desde el principio, pero la empresa fue rebajando el número de trabajadores afectados». Además, ha habido otros detalles considerados de «buena fe», como las concesiones de las vacaciones acumuladas o la puesta en marcha de cursos de formación.
En cualquier caso, las negociaciones aún no han acabado: «aunque podamos estar contentos por algunas cosas, en líneas generales no estamos satisfechos, y vamos a luchar para que el efecto del ERE sea mínimo».