Todos los españoles esperábamos entusiasmados que la entrevista del día 5 de mayo en la Moncloa entre el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y el líder de la oposición Mariano Rajoy sirviera de mucho. Y decimos de mucho, porque tenían el precedente reciente de una entrevista similar en Portugal, porque tienen el conocimiento exacto de la opinión del pueblo español que les está pidiendo a gritos que aparquen sus intereses doctrinales, sus cálculos electorales y se pongan a trabajar para salir de la crisis, y de una crisis tan grave como la que padecemos sólo se sale tomando medidas duras y eficaces. Y esas medidas duras y eficaces que todos esperábamos se tomasen en la entrevista no se han producido. Y no se han producido, porque de antemano la entrevista era una entrevista de mínimos con sólo dos puntos en la agenda: la ayuda a Grecia y la reestructuración de las Cajas de Ahorro, y nada más. Como si no hubiera nada más de lo que hablar. Superen ustedes esos mínimos de agenda y traten en profundidad los problemas de España.
Aborden sin temor ni complejos la reforma del mercado laboral que le están pidiendo la mayoría de los españoles, controlen ustedes el gasto público ahorrando de verdad en todos aquellos sectores de la vida económica y administrativa en los que se pueden recortar gastos, un ejemplo son la supresión de ministerios prescindibles como el de vivienda e igualdad, la multitud de asesores con los que cuenta la presidencia del Gobierno, ministerios y autonomías, las embajadas innecesarias de determinadas comunidades autónomas, y el gasto desmesurado de cierto número de autonomías. Hagan llegar recursos a las empresas y autónomos con créditos a bajo interés, fomenten la investigación y el desarrollo, y sobre todo, luchen por aumentar la productividad de nuestras empresas. Reestructuren de verdad las Cajas de Ahorro y antepongan la eficacia financiera a las influencias políticas de las Autonomías, incentiven las fusiones y mejoren el control de las entidades financieras haciendo que los bancos lleguen con sus créditos a autónomos, empresarios y familias. Incentiven de verdad la compra de viviendas bajando los precios ajustándolos a la realidad de la renta de las familias haciendo asequibles las hipotecas, y controlen la especulación de municipios, constructores y promotoras; en definitiva, aumentemos el consumo, para tirar de la producción y reducir el paro, y cuando aparezcan los brotes verdes regulen racional y justamente la inmigración, controlen la especulación, vigilen los mecanismos y entramados financieros, ayuden a la producción y equilibren los gastos a los ingresos.
Y de salir, de verdad de la crisis, esperábamos los españoles que iban a hablar y a tomar medidas en esa reunión que debería de no contar con límite de tiempo, salvo el que necesitasen para llegar a acuerdos, ni límites de agenda, porque como ven, los españoles no tenemos dos problemas sino muchos más. Nos tememos y, ojala nos equivoquemos, que esta entrevista haya servido de poco para lo mucho que nos jugamos.
