“La juventud es una locura, la madurez una lucha y la vejez un lamento”
BENJAMIN DISRAELI
(Aristócrata y escritor inglés)
La civilización occidental ha puesto nombre a las generaciones surgidas desde finales del siglo XIX y siempre se han utilizado llamativas denominaciones. Generación perdida se llamó a la que intervino en la Primera Guerra Mundial y, a la que lo hizo en la Segunda, se la llamó grandiosa.
Hoy, en la sociedad española, conviven varias generaciones que son sociológicamente homogéneas para ser estudiadas y para definir sus principales características. Pero los tres grupos de más edad difieren en las fechas con las del resto de Occidente, al haberse desplazado en España su espacio temporal. Por orden cronológico se incluyen los siguientes grupos:
El primero que convive actualmente con los demás, es el de la llamada generación silenciosa. La que nació en la guerra y, sobre todo, en la parte más dura de nuestra postguerra. El suyo fue un tiempo que se distinguió por la austeridad, que caracteriza y define al grupo, cuyo objetivo principal fue el de la propia supervivencia en medio de ingentes dificultades.
Luego estarían los nacidos entre mediados de los cincuenta y principios de los años setenta. Es la conocida, popularmente, como la generación del baby boom. Llegaron en la tardía postguerra y el aumento de la natalidad fue el factor distintivo del grupo. En un contexto de paz, a este grupo le motivaba la ambición y el espíritu de superación. Hoy es el grupo más numeroso de nuestra población.
Después llegó la conocida como generación X, la que incluye a los nacidos en la década de los setenta. Se corresponde con las dos crisis del petróleo y con nuestra transición democrática. Vivieron una obsesiva ambición por el triunfo y el esplendor del consumismo. Fueron los primeros en familiarizarse con los ordenadores en el ámbito laboral.
A continuación vino la generación Y, más conocida como Millennials. Nacieron entre 1981 y mediados de los noventa. Fue la primera generación global —cuyos valores coincidían con los del resto de países occidentales—. Han crecido con el inicio de la digitalización; su comienzo laboral lo marcó la crisis económica, e incluyó a los estigmatizados “ninis”. Pero defienden la vida sana, la alimentación saludable y el ecologismo.
La siguiente es la conocida generación Z, o Centennials. Nacidos entre mediados de los noventa y 2010. Este grupo tiene menos facilidades para entrar en el mercado laboral, por lo que son más emprendedores que sus antecesores; son irreverentes, debido a su educación relajada; pero aprenden rápido y son autodidactas; tienen más creatividad y están convencidos de que su talento es la clave del éxito.
En el tercer milenio, el sistema para nombrar a las generaciones ha cambiado. Agotados los caracteres del alfabeto latino —de la A a la Z—, el primer grupo de los nacidos íntegramente en el siglo XXI, utiliza un nuevo alfabeto, el griego, cuyas letras van desde alfa hasta omega.
Este siglo comienza con la denominada generación alfa, que incluye a los nacidos desde 2010 hasta los primeros años veinte. Los de este grupo son nativos digitales y han tenido siempre presentes en su realidad, el Smartphone, las redes sociales o el acceso inmediato a la información global.
Le sigue la generación beta, que son los nacidos desde los primeros años veinte hasta los cuarenta de este siglo. Según nos dicen los expertos, ellos solo habrán conocido un mundo artificialmente inteligente, lo que será clave en su desarrollo personal y profesional.
Pero más allá de esta agrupación general, existen otro tipo de generaciones intermedias, como los Zelenials, que son un grupo de transición entre los milennials y los centennials. O como la generación olvidada, que fue la de los emigrantes que se fueron a Europa, pero que pertenecían a la generación silenciosa.
Además de estas clasificaciones cronológicas, algunos quieren incluir como generación lo que es un movimiento social y, sobre todo, ideológico y político. Así se ha llamado generación woke, a lo que en realidad es una corriente de pensamiento cuyo origen está en las comunidades negras de Estados Unidos, que crearon un movimiento de lucha contra el racismo y que después se extendió a causas diversas.
Hoy, la cultura woke, da cobertura a movimientos heterogéneos. Denuncia el racismo; defiende el movimiento identitario y el anticolonialismo; o los derechos de minorías, como los transexuales. Promueve la cancelación de la cultura establecida, diluyéndola con la diversidad multicultural. Y facilitan la deconstrucción del individuo, utilizando técnicas intimidatorias, para avergonzar o humillar a personas concretas, e imponerles sus ideas.
Pero vayamos a las generaciones naturales. Cada nuevo grupo desea ejercer su libertad, quiere decidir por sí mismo y tiene el derecho a equivocarse en sus decisiones; sin embargo, muchas veces, incurre en los mismos errores que cometieron las generaciones anteriores.
Aunque lo deseable es la convivencia entre todas ellas, debe de haber una mínima autonomía, incluso distancia física, entre los distintos grupos de edad que conviven en nuestra sociedad para mitigar los conflictos entre generaciones.