Ni el maquillaje me sirve para disimular que estoy agotada; las grietas siguen aquí, a mi lado. Estoy convencida de que el sabor agrio que asciende por mi garganta no se disipará con un trago de agua fresca; se quedará conmigo, en el paladar, para recordarme que las lágrimas tienen una justificación. Ayer fue una liberación.
Durante meses, pensé que no volvería a hacer planes; que mañana solo iba ser eso, el día siguiente de un futuro con plazos inconexos. Sin embargo, los vómitos y dolores insoportables de todas mis extremidades han tenido recompensa; estoy curada. El enemigo se quedó a las puertas, con los dientes apretados y enfadado por no poder llevarse una vida más.
No voy a perder ni un segundo más; hoy he estrenado diario. En la parte superior, justo en la esquina donde se pone la fecha, he escrito “4 de febrero de 2024” con letras de colores; adornadas por las iniciales de mis amigas y de Roberto. Sin ellos no hubiera logrado. Su doloroso recuerdo va a ser esencial para emprender mi nueva misión: darlo todo para que este “roba ilusiones” no cumpla sus planes.
¡Entre todos podemos vencerte!
Julián García Gallego (Sin palabras mudas) 04-02-2024