Masa Crítica en Ciudad Real está de aniversario. Esta tarde cumple cuatro años de reivindicativos paseos a dos ruedas y pedales y lo celebrará, una vez más, saliendo a la calle para reclamar el espacio que le corresponde.
Todos los últimos viernes de mes, un grupo de ciclistas de Ciudad Real, pedalean juntos, durante una hora, por el centro de la ciudad. Es la Masa Crítica, una iniciativa que se repite en cientos de lugares del mundo y que tuvo su origen en San Francisco, en septiembre de 1992, como una forma de reunir a diferentes colectivos en una reivindicación festiva del espacio público.
Hoy hace cuatro años que los ciclistas de Ciudad Real que entienden la bicicleta no sólo como deporte sino como un medio de transporte salen a la calle para reivindicar, principalmente, una mayor presencia de las bicicletas en la capital, el debido respeto de los conductores de vehículos que a menudo se muestran agresivos y molestos con los ciclistas, más infraestructuras que faciliten el uso de la bici y la conciencia política y social para afrontar una cuestión que está más que superada en varios países de nuestro entorno.
Asimismo, los participantes en la Masa Crítica están convencidos de que la bicicleta transforma las ciudades en lugares más habitables y más humanos, pues además de ser económica y saludable, no emite CO2 ni ruidos y puede ser parte de la solución a los problemas de movilidad.
La Plaza del Pilar volverá a ser esta tarde, a las 20.00 horas, punto de partida de la Masa Crítica de Ciudad Real, ese grupo de personas que, a golpe de pedal, lleva cuatro años intentando hacerse un hueco en un espacio en el que el coche ha sido siempre el amo y señor.
El nombre Masa Crítica está tomado de la película documental de Ted White acerca del ciclismo, Return of the Scorcher. Una parte del documental muestra el fenómeno que se da en China: los ciclistas a menudo no pueden cruzar las intersecciones debido al tráfico de automóviles y a la inexistencia de semáforos. Pausadamente, más y más ciclistas se amontonan esperando para cruzar la calle y, cuando existe un número suficiente -una masa crítica- les es posible moverse todos juntos con la fuerza de su número para parar el tráfico mientras cruzan la calle.