La coherencia es la lógica correspondencia entre lo que se piensa y se hace. Este rasgo, virtud, pauta o modo de ser y actuar -llámenle como quieran- se convierte en un peaje ineludible para los ciuadanos que acceden al ámbito público y asumen responsabilidades que afectan a otros.
Un político que defiende la libertad de expresión es muy probable que soto vocce trate de seducirla a su interés, un responsable público que defienda la escuela pública está más obligado que otros a predicar con el ejemplo y un empresario que pretenda representar a los empresarios, debe ser el mejor de todos ellos, máxime en estos tiempos, en los que que la crisis está azuzando al personal. La coherencia es un valor en alza porque es un valor escasa. Es de suponer que los ciudadanos empezarán a tomar buena nota.
