Los sindicatos UGT y Comisiones Obreras han comenzado a aplicar las primeras medidas de presión en protesta por el anuncio del cierre de varias plantas de Repsol en Puertollano. Así, unos 400 trabajadores se manifestaron en la tarde de ayer viernes frente las oficinas centrales de la petroquímica, protesta que presumiblemente se repetirá el lunes y el martes de la semana que viene.
El Complejo Industrial de Repsol en Puertollano comunicaba el pasado jueves que la compañía parará por tiempo indeterminado las plantas de producción de estireno y óxido de propileno (OP/SM), así como la planta de glicoles propilénicos. Además, ha decidido realizar una parada temporal de tres meses en el cracker «para adaptar la producción a las necesidades del mercado».
Según los sindicatos, estas medidas, que rechazan de plano, afectarán globalmente a unos 300 trabajadores. Para CCOO y UGT, “en Repsol Petróleo es evidente que el sector químico va mal, y que los márgenes del refino no son lo que eran aunque esperamos que mejoren en el futuro”. No obstante, ambos sindicatos rechazan la forma de plantear una medida “que aunque consista sólo en recolocaciones, podría incidir directamente en el empleo y ser sólo el comienzo de otras decisiones más duras”.
“Alguien no está haciendo bien las cosas en el Grupo Repsol para que se vean abocados a plantear este tipo de medidas traumáticas que generan sin duda alarma social, falta de credibilidad y conflictividad en la zona”. Los sindicatos se preguntan “¿para qué entonces los planes estratégicos? ¿Dónde están los analistas económicos, que en teoría deben de saber hacia dónde evoluciona el negocio? ¿Por qué siempre toman medidas en contra de los trabajadores para pagar las incompetencias de directivos y consejeros?”.
Sin duda, la agenda de las próximas semanas estará marcada por las negociaciones para acordar las actuaciones que satisfagan a ambas partes, aunque los sindicatos amenazan con más movilizaciones si la empresa persiste en mantener su postura.
Según Repsol, el cierre de las plantas ha venido motivado por «el entorno de crisis económica internacional y las previsiones de continuidad de bajos niveles de demanda de productos petroquímicos durante los próximos meses».
