Un día es muy poco para celebrar una lucha de siglos; diaria, constante y sin descanso. Un día es muy poco para reconocer la labor y el papel de la mujer en la familia, en el trabajo, en su lucha por la libertad, la dignidad y la igualdad de derechos.
En 1975, la Asamblea General de la ONU decidió decretar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, recordándole así al mundo que un centenar de mujeres valientes habían sido quemadas vivas sólo por reclamar igualdad, dignidad y justicia social.
En 1995, la Organización de Naciones Unidas, estableció un compromiso de lucha por la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Se trata de un marco para poner fin a la discriminación de la mujer en la salud, la educación, el empleo, la participación política y los derechos humanos. Cierto es, que algo se ha conseguido, pero la lucha aún continúa en muchos rincones del planeta, una lucha que parece incluso no tener fin.
Aunque es cierto que las mujeres hemos subido escalones cada vez más altos, todavía muchas son perseguidas y acosadas a diario por el machismo, la discriminación, las agresiones sexuales y la violencia de género. En España, por ejemplo, en lo que llevamos de año, cinco mujeres han perdido la vida a manos de su pareja; en la mayoría de los países subdesarrollados las mujeres aún sufren ablaciones, y en India todavía son la moneda de cambio en las transacciones familiares. Tres ejemplos, que a vuela pluma, ilustran, que a pesar de que el hombre ha llegado a la luna, en el tema de la mujer, la civilización ha avanzado a paso lento, en el mejor de los casos, o se ha instalado de forma perenne en un inmovilismo permanente, en el peor de los escenarios imaginables.
La lucha de las mujeres no ha terminado, pero es justo reconocer igualmente, que no todo está perdido, y que los pasos hacia el reconocimiento de la mujer, aunque lentos, avanzan.
Desde que empezó a ser patente la necesidad y la importancia de que a la sociedad hay que dotarla de valores femeninos, nuestro papel ha crecido y hemos empezado, sobre todo las mujeres actuales, a ser respetadas y valoradas, dándosenos el sitio que siempre hemos debido tener.
Hoy es nuestro día, aprovechémoslo para recordarle al mundo la importancia de la mujer en todos los ámbitos y para concienciar a la sociedad de nuestro valor humano dentro de la sociedad. Felicidades a todas las mujeres que siguen luchando por sus derechos.