Los diques de contención en el perímetro cero (la zona colindante al cauce) están funcionando, aunque se mantienen y vigilan de forma constante. No en vano, el día presentó dos novedades.
La primera, la actuación en el molino de La Máquina donde se ha ampliado el ramal de agua que va dirección Zuacorta. Se consigue así desembalsar aguas atrás derivando parte del curso del agua hacia este primer molino de la zona, a medio camino con Villarrubia de los Ojos. Según declaraba el concejal de Agricultura, Ramón Ruiz de la Hermosa, “además de servir de aliviadero bajando la cota en los terrenos de la zona que se encuentran desbordados, contribuye a la recarga del Acuífero 23”.
Entre tanto, a pocos metros, el agua sigue corriendo con fuerza dirección al molino de El Nuevo. Por tanto, en La Máquina se asiste a una bifurcación de caudales del Azuer-Guadiana, uno con dirección a Las Tablas y otro camino a Zuacorta.
Desde el molino de Molemocho (el más cercano al parque nacional de Las Tablas) a La Máquina distan 11 kilómetros, mientras que de este último a Zuacorta hay 3 más. Sin embargo, el agua ya corre 1,5 kilómetros buscando el Guadiana.
Recarga del acuífero
El nivel del Acuífero 23 sigue subiendo. Un ejemplo es en el paraje de Las Suertes. Cuando apenas había comenzado la campaña de precipitaciones, la cota se situaba en 29 metros, a día de hoy, el recorrido en el subsuelo ha ascendido hasta los 17,5 metros.
Es la segunda noticia que, aunque significativa, no es definitiva, apuntaba el concejal, ya que el Acuífero 23 se asienta en una extensión que va desde San Clemente hasta Malagón, por lo que, como comenta Ruiz de la Hermosa, “habrá que esperar a que se asienten las aguas”.
No en vano, en lo que se lleva de año hidrológico (contabilizado desde octubre) se registran ya 441 litros, muy por encima de la cifrada en condiciones normales cuya media se sitúa en 360 litros anuales.