En compañía del alcalde de la ciudad, Miguel Ángel Pozas; de la concejala de Obras, Beatriz Torres; y de la portavoz del equipo de gobierno, Pilar Sánchez Mulas, el presidente se ha interesado por los problemas ocasionados en Manzanares por esta última crecida del Azuer y que ha anegado cultivos, casas de campo, caminos rurales y algunas zonas verdes, provocando además filtraciones en sótanos de urbanizaciones próximas al cauce.
La titular de Obras ha explicado a Barreda los trabajos que se estaban acometiendo en uno de los tramos del río para recrecer sus márgenes con muros de piedra y que no pudieron estar terminados antes de que llegara esta nueva crecida. También han expuesto al presidente autonómico los problemas que ocasiona el aumento del nivel freático y que ha inundado un buen número de parcelas.
José María Barreda destacó que no haya habido problemas graves a nivel personal, aunque mostró su preocupación por los cuantiosos daños al campo y a caminos rurales. Anunciaba que se hará una evaluación general de daños cuando pase el temporal y pedía prudencia a la ciudadanía a la vista de las preocupantes previsiones del fin de semana, que alertan de más lluvia y viento.
Dentro de la preocupación y de que el río sigue desbordado en muchos puntos, la situación del Azuer en Manzanares es algo mejor este jueves que en los días precedentes. El nivel del río ha bajado más de medio metro, por lo que el agua ya no amenaza la zona trasera de la urbanización “Las Quinterías”. Tampoco llega ya a la puerta de las viviendas del Paseo de la Isla Verde ni entra en el Paseo de Córdoba, donde ha dejado un rastro de lodo. No obstante, la mitad del paseo que llega hasta el parking de FERCAM sigue cortada al tráfico.