Por José Belló Aliaga
El bailaor Eduardo Guerrero estrena el año nuevo con “Debajo de los pies” los próximos 10 y 11 de enero en los Teatros del Canal, una pieza que fue concebida tras la pandemia, que ha ido evolucionando y en la que el artista gaditano trata de conectar lejanías y de promover una reflexión sobre el cambio social en lo relativo a las costumbres y los afectos.
En el momento de su concepción, durante el confinamiento, Guerrero vivió el parón de los artistas, los momentos de duda y zozobra, y relacionó la pieza con espacios muy interiores del pensamiento, con la dimensión más íntima y privada. Después, la pieza ha ido evolucionando desde la pandemia hacia el retrato de los cambios que iban ocurriendo en la sociedad.
Guerrero también se ha inspirado en las imágenes de Los Voluble (guerras, muros, separaciones) que se podrán disfrutar como parte de la obra y que se grabaron antes de la pandemia y de la invasión de Ucrania: la incorporación de este material es esencial, porque para Guerrero, la labor social del espectáculo sirve para concienciar de lo que ocurre en el mundo. Bailar no es solo bailar, no es solo flamenco, según este artista gaditano, sino que se trata de un arte que integra la realidad social, gracias a la visión grupal que tiene de su compañía.
Debajo de los pies cuenta además con las bailaoras Sara Jiménez y Julia Acosta; José Acedo a la guitarra; Ismael de la Rosa, al cante, y Lito, a la batería. La dramaturgia y dirección escénica corre a cargo de Mateo Feijoo; el asesoramiento coreográfico está firmado por el bailaor Marco Flores; la dirección musical cuenta con Joselito Acedo, y Los Voluble (Pedro y Benito Jiménez) se han encargado de los audiovisuales y el espacio sonoro.
Un artista que lleva el flamenco a todos los rincones del mundo
El éxito de Debajo de los pies da nuevo impulso al proyecto renovador del flamenco del artista gaditano, que ha realizado recientemente exitosas actuaciones en Rusia (Moscú), Brasil (Río de Janeiro, São Paulo y Brasilia), India (Nueva Delhi, Chandigarh y Bombay) y en París.
Otro de sus espectáculos, Origen, supone una valiente apuesta por la vanguardia del flamenco de carácter interdisciplinar, ya que, en aquella ocasión, el vestuario de Guerrero corrió a cargo del diseñador Palomo Spain a fin de facilitarle al público un viaje extrasensorial, en el que se mezclan fantasía y realidad. Así, Guerrero ha transformado el género recuperando lo más profundo y radical del arte. Apasionado de la moda, el bailaor gaditano ha trabajado con diseñadores como Francis Montesinos para construir sus espectáculos.
También le gusta explorar a Guerrero las posibilidades de los textos literarios, como en otro de sus más celebrados espectáculos, Jondo, su homenaje a Federico García Lorca: “Lorca escribía sobre él todo el tiempo: no podía manifestar abiertamente que era Bernarda, Adela y don Perlimplín, porque sus personajes hablaban sobre su forma de ver la vida”.
Guerrero ha asumido el reto de transmitir los valores culturales del flamenco a través de rasgos artísticos y estilísticos propios. La elegancia, el carisma y el estilo son sus señas de identidad, que han ido encontrando acomodo en sus diferentes proyectos, donde destacan los palos flamencos y versiones de temas míticos que inspiran sus coreografías con una estética actual, una técnica depurada, un profundo conocimiento de la esencia del flamenco y un físico portentoso.
José Belló Aliaga
