En caliente

Como en el fútbol cada ciudadano tiene su receta para salir de la crisis. En función de múltiples circunstancias, desde luego. Una de ellas según escoree a babor o estribor. Quizá en esto, como en el fútbol, no sea necesario tener un conocimiento profundo de Economía más allá del abc básico que aconseja no gastar más de lo que se ingresa o al menos que la diferencia entre una cosa y otra no sea groseramente insalvable.
Podría realizarse un buen recetario compendiando lo que viene diciendo Juan Español, en el desayuno de antes del tajo, en la caña de durante, y mientras remata el cubata cierrabares. Como no hay opiniones estúpidas sino estúpidos que opinan, bien vale un salvado de cuantas cosas sean susceptibles de aplicarse en el supuesto de que cada cual sea el presidente, como cada cual lleva dentro un seleccionador nacional. La crisis arrecia y el tiempo apremia, aunque no lo suficiente como para no tomarse el tiempo necesario al calor de una comisión (¿no fue Napoleón quien le recomendó a algún insigne contemporáneo que cuando quiera que algo no se solucione hiciera una comisión?), como la cuadrilla de bomberos que mientras se incendia el edificio, se reúnen a pie de llamas para ver el modo de atajarlas mejor, y cuando se le da a la llave del agua, ésta no sirve sino para enfriar las cenizas. Tenemos un Gobierno de izquierdas. Entonces en lugar de tanta cháchara… ¿porqué no le mete un subidón a los impuestos? ¿por qué no entra a saco, mejor dicho, con linterna en las catacumbas de la economía sumergida? ¿porqué no les cruje el hato a las grandes fortunas y a la banca a la que ha acolchado con primor? ¿por qué no tira de las orejas a las dispendiosas comunidades autonómas que con tanta holgura disponen de la caja pública? ¿porqué no disuelve las cajas de ahorros todas y crea una gran Banca Pública? ¿porqué no elimina de un plumazo las Diputaciones que en la España quasi federal de hoy no son sino un redundancia onerosa? ¿por qué no reduce los ministerios a los estrictamente necesarios? ¿porqué no abre el debate, si no lo quiere hacer por decreto que es como hay que gobernar cuando las circunstancias lo exijen porque es tan democrático como el debate parlamentario y así está reflejado en las leyes, ¿por qué no abre el debate, sigo, de mandar el Senado al desván de los recuerdos y funcionar como una democracia unicameral? (detalle: Las cosas de las CCAA tratarlas en una cumbre anual), ¿por qué no pega el tijeretazo al batallón de paniguados que pululan en la quilla del poder como los mejillones? ¿por qué no revisa el gasto público no para llegar a la tacañería sino a lo realmente necesario, y tener la valentía de decir que son preferibles cuatro funcionarios que tengan curro para entretenerse que ocho dándole a la húmeda? ¿Qué hay que reformar la Constitución? ¿Y qué? Ya de paso se podría hacer una nueva que la actual, huele, ya, la pobre.

Esto que han leído no son más que cosas que uno escucha en la calle con alguna aportación de su cosecha. Sería la prueba irrefutable de que se está gobernando, y como el turno es de ZP, gobernando desde la izquierda. Dicho sea en caliente pero sin acritud. Porque esto es gobernar desde la izquierda y no regalando 400 a discreción, o 2,000 por cachorro o elevando el si quiero entre ellos y ellas o ello al rango de matrimonio, o chupando cámara con Amenábar. Dicho así, en caliente, que ya que se calienta el Planeta, uno también tiene derecho.   

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